La última película de Pedro Almodóvar, que también es la primera rodada en inglés, se ha posicionado como la favorita del público en el Festival de Venecia, con una ovación a pie que ha durado 17 minutos. No ha sido la más larga. En Cannes, por ejemplo, se han llegado a contar ovaciones de hasta 20 minutos. El récord histórico lo tienen los 22 minutos de El laberinto del fauno en 2006, pero estos son cuadros realmente puntuales: habitualmente, las buenas ovaciones quedan en unos diez minutos, y las de rigor –cuando se nota, se sabe, que la película no ha hecho clic con la platea– van del medio minuto a los cinco.
Los 17 minutos de ovación a Pedro Almodóvar le han servido para abrazarse y llorar junto a las dos protagonistas de su película: Julianne Moore y Tilda Swinton. Luego, el manchego ha empezado a dar la mano a las filas de la sala, absolutamente pletórico, mientras se coreaba un grito que ha acompañado buena parte de la jornada por los photocalls del Lido: “¡Pedro! ¡Pedro! ¡Pedro!”.
La película cuenta la historia de dos amigas que se reencuentran después de mucho tiempo. La primera (Moore) es novelista y la segunda (Swinton), reportera de guerra. Una acaba de publicar un libro sobre la muerte que no entiende y la otra, culpa del cáncer, simplemente se muere. Lo que sigue es un viaje de reconocimiento, de salvación, de culpa y de perdón. Pero también de libertad a la hora de elegir el modo de morir.
Almodóvar aprovecha para hablar de la ultraderecha en España
El cineasta quiso aprovechar el altavoz de Venecia para tocar la política, uno de los asuntos que más le apasiona y del que nunca se ha escondido. “Esta película es lo opuesto a lo que en España llamamos ‘discursos del odio’. Querría mandar un mensaje por todos esos niños sin acompañamiento que luchan por llegar a nuestras fronteras. La extrema derecha pretende que el Gobierno envíe a la marina para que no entren, y convertirlos incluso en invasores. Es delirante, es injusto, profundamente estúpido”, apuntó.
Y, en la misma respuesta, conectó con otra reivindicación: “Es una película sobre una mujer que agoniza en un mundo que probablemente también está agonizando. El cambio climático no es una broma. No sé cuántas demostraciones necesitamos para verlo. La única solución, aunque tal vez peque de pretencioso, es que cada uno desde su lugar se manifieste en contra de este negacionismo”, dijo el director.
También el ministro de Cultura Ernest Urtasun ha viajado hasta el Lido para el pase de gala del filme. “No podemos estar más orgullosos de un realizador que ha llevado a la gran pantalla un retrato personal de nuestra identidad, y de los cambios que ha experimentado la sociedad española en las últimas décadas”, dijo el político en Venecia.