Fotomontaje propio.
Unos ex empleados de Pixar, que prefirieron mantener el anonimato, han concedido una entrevista al portal de videojuegos IGN. Según sus declaraciones, la dirección de Disney devolvió el guion original de Inside Out 2 (Del Revés 2), solicitando a Pixar que modificaran al personaje de Riley Anderson, la protagonista, para que pareciera «lo menos gay posible».
Estos ex empleados revelaron que Disney temía que esta producción tuviera el mismo destino que Lightyear, el spin-off/precuela de Toy Story, que fue un fracaso en taquilla. Según sus testimonios, los altos ejecutivos de Disney generaron una sensación de pánico en Pixar, advirtiendo que si Del Revés 2 no lograba un buen rendimiento en taquilla, el futuro del estudio podría verse comprometido.
¿Qué pasó con Lightyear?
En el año 2022 y aun bajo la presidencia del anterior CEO de Disney, Bob Chapek, comenzó la promoción más polémica de una película de Pixar desde que el estudio abriera sus puertas a mediados de los años 90.
Por aquel entonces, Disney estaba profundamente involucrada en la promoción de temas relacionados con la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), y en las producciones de sus estudios solía incluir una variedad de mensajes políticos y de justicia social. Era también la época de la iniciativa «Reimagine Tomorrow«, un programa de contratación basado en los mismos principios de DEI. Entre las medidas que promovían, se destacaba el haber reemplazado el tradicional saludo en los parques de Disney, «Niños y niñas de todas las edades», por «Soñadores de todas las edades», con el fin de no ofender a «les niñes».
También es importante recordar que la presencia de Disney en Estados Unidos no se limita solo a la progresista California. Uno de los parques más importantes y antiguos de la compañía se encuentra en Florida, un estado tradicionalmente más conservador. Es en este contexto donde comienza la polémica con Lightyear.
El gobierno de Ron DeSantis estaba impulsando una ley por los derechos de los padres, que finalmente se aprobó. Esta ley aboga por suprimir la enseñanza de ideología de género y contenido LGBT en los colegios hasta los 10 años, y a partir de esa edad, son los padres quienes deben decidir si sus hijos reciben ese tipo de enseñanza en los centros escolares.
En ese momento, Disney disfrutaba de un estatus especial en Florida que le permitía autogestionarse y estar exento de numerosos impuestos en el condado de Reedy Creek, donde se encuentra Disneyland Florida. Por esta razón, Disney apoyaba financieramente la promoción de la ley, ya que mantener una buena relación con el gobierno estatal, que le otorgaba estos privilegios, era de vital importancia para la compañía. Los activistas LGBT en Florida no tardaron en denunciar la situación, que se difundió rápidamente en las redes sociales, provocando la reacción de numerosas celebridades que se manifestaron en contra. Esta ley fue apodada burlonamente «Don’t say gay» (no digas gay), buscando que la opinión pública asociara a Ron DeSantis con la idea de que quería prohibir a los niños usar la palabra.
En medio de esta controversia, ciertos empleados activistas de Pixar y la directora ejecutiva de Marvel Studios, Victoria Alonso, señalaron abiertamente a Bob Chapek como un homófobo por apoyar económicamente la ley en Florida. Estos empleados también denunciaron que Disney había recortado material de su próximo estreno por motivos de homofobia. En particular, se referían a una escena que incluía un beso entre una pareja de mujeres, compañeras de Buzz Lightyear en la película Lightyear.
El resultado de esta intensa controversia fue que Bob Chapek, entonces CEO de Disney, decidió retirar los fondos destinados a apoyar la ley en Florida bajo una enorme presión mediática. Se vio obligado a posicionarse públicamente en contra del gobierno de DeSantis, lo que tuvo consecuencias desastrosas para Disney, que perdió su estatus de Distrito Especial y ahora enfrenta décadas de obligaciones fiscales. Además, se restauró la escena del beso eliminada de Lightyear.
El fracaso de Lightyear
Después de meses de usar los medios para hacer activismo político en contra de la mal llamada ley «Don’t say gay» y de exigir la restauración del beso lésbico en la película, Lightyear finalmente se estrenó. Sin embargo, resultó ser el mayor fracaso de la historia del estudio. Con un presupuesto de 200 millones de dólares, la película solo recaudó 226.
Lightyear no fracasó por el beso lésbico, sino por una agotadora campaña mediática en la que tanto ejecutivos de alto nivel como actores, incluyendo a Chris Evans, quien insultó directamente a la audiencia, exponían su indignación contra políticas estatales que a la sociedad en general le parecían bastante razonables.
Alejarse del activismo político: Éxito garantizado
Parece que hacer a Riley “menos gay” ha funcionado a la perfección, ya que Inside Out 2 se ha convertido en la película de animación más taquillera de todos los tiempos.
La izquierda ha estado involucrándose en causas activistas durante demasiado tiempo, y en su delirio han llegado a politizar las orientaciones sexuales. Además, la obsesión de un sector de la izquierda identitaria por hablar de sexualidad a los niños es percibida por la mayoría como enfermiza. Tras la experiencia con Lightyear, parece que Disney ha comprendido esto. El hecho de que rechazaran los primeros guiones de Inside Out 2 y exigieran que Riley se viera “menos gay”, incluso con la amenaza de cierre, muestra que el personal de Pixar pretendía que el personaje fuera más abierto sobre su identidad, considerando que es una niña de 13 años.
¿Por qué habrían de ir unos padres al cine con sus hijos para tener conversaciones obligatorias en lugar de disfrutar de una película?