Gorka Ibarguren, uno de los favoritos de la anterior edición del reality de Telecinco Supervivientes, ha concedido una entrevista a El Diario Vasco en el que ha detallado lo que hay detrás de las cámaras del programa. Ibarguren, que previamente había concursado en El Conquistador, de RTVE, ha descrito la experiencia como “la más extrema” a nivel psicológico: «Me di cuenta en cuanto aterricé en Honduras que aquello, más que un concurso de supervivencia, es un reality como Gran Hermano, pero en una isla».
A pesar de no estar encerrados en una casa, los concursantes se sienten atrapados al no poder salir de un perímetro delimitado, bajo la vigilancia de un equipo de más de 200 personas. Para comer, también tienen que apañárselas ellos mismos cazando en el mar o ganando las diferentes pruebas que el programa les plantea. No obstante, Ibarguren confiesa que robó “latas de Coca-Cola” durante su estancia a Honduras al equipo de Supervivientes Italia, que también se estaba grabando en la isla en ese mismo momento.
Es algo que ya había insinuado tras su paso por el programa, en el que, a lo largo de 108 días de supervivencia, pasó tanta hambre como sus compañeros. O quizá un poco menos, pues admitía haber hecho “travesuras” que no podía contar.
Reconoce que “sobre todo” robó latas de Coca-Cola y da a entender que también tuvo a mano otros productos. “Aprovechaba las largas noches para escaparme, cogérselas al equipo técnico de la edición de Italia y, una vez terminada la hazaña, enterrar las latas en la arena para que nadie sospechara”, ha contado en El Diario Vasco.
Respecto a la comida, el ex concursante ha explicado que “otra de las grandes sorpresas que te llevas al llegar allí” es que no se puede cazar nada, solo pescar y no todas las especies, ya que hay muchas que están protegidas. “Y los cocos que se comen son los que caen del árbol”, indica.
Exageración de las tramas
Ibarguren fichó por Supervivientes para demostrar sus dotes como aventurero y se negó a participar en las polémicas tramas con las que se llenan horas y horas de contenido. A él se le atribuyó un supuesto amorío con Marieta, algo que lo puso al borde del precipicio. “He venido aquí a hacer supervivencia y me están intentando llevar por otro camino que no es el que quiero llevar”, se quejó ante las cámaras, dando a entender que el programa estaba tratando de alimentar una historia ficticia.
En efecto, ahora el ex concursante reconoce que “lo que sucede” en Supervivientes “es todo cierto”, aunque admite que “existen historias que se fuerzan o exageran” porque “la audiencia es la que manda”. “Dicho esto, a la productora le puede interesar que nos comportemos de una manera determinada, pero luego está en nuestras manos ser independientes o convertirnos en marionetas. Yo siempre me he posicionado en el primer grupo”, comenta.