La polémica empezó con un comentario de un usuario de X. En su post aparecen dos videos en los que el presentador del programa El Intermedio, el cómico El Gran Wyoming, emitido por la noche en La Sexta hacía un análisis mirando a cámara de la actualidad política.
En el primer video, Wyoming hacía referencia a la imputación del novio de Ayuso y decía en tono sarcástico que “Las personas que no dimiten, aun teniendo a su entorno más cercano imputado, son las presidentas de las comunidades autónomas”. Con esto, el presentador estaba claramente insinuando que Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, debería dimitir por tener a una persona en su círculo cercano de conocidos que está siendo investigado por un delito. En este caso, el novio de Ayuso, Alberto González Amador, está siendo investigado por presunto fraude fiscal y falsificación documental.
La otra cara de Wyoming
Sin embargo, en el segundo video adjuntado por el usuario de X podemos observar un análisis totalmente distinto, incluso contradictorio con el anterior. Este segundo clip muestra a Wyoming hablando del caso de Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quién describe como “el último ejemplo de lawfare”, lo que supondría una instrumentalización de la Justicia para acosar a personas concretas a través de los tribunales con la intención de hacer pasar la maniobra por legal.
El cómico termina diciendo que “en una democracia sana son los ciudadanos los que quitan a sus representantes, no un entramado mediático, político y judicial”, infiriendo que Pedro Sánchez no debería dimitir a pesar de que una persona en su círculo cercano de conocidos esté siendo investigada por un delito. En este caso, Begoña Gómez, esposa de Sánchez, está siendo investigada por presuntos delitos de malversación, prevaricación y tráfico de influencias.
La evidente contraposición de opiniones ha llevado a más usuarios a comentar el caso, creando una división entre aquellos que opinan que, tanto el programa como el canal de televisión, son “telebasura” y otros que entienden que existe una diferencia efectiva entre los casos de Alberto González y Begoña Gómez, siendo el primero un “delincuente confeso” y la otra una víctima de una persecución a todos los niveles con la intención de desacreditar a su marido a nivel político.