Fotograma de la película: Speak no Evil
En 2022 se estrenó una película de Dinamarca titulada Speak No Evil que tuvo unas excelentes críticas y cautivó a la audiencia con un terror psicológico con tintes de thriller que, ante todo, era intrigante. Meses después se confirmó que se realizaría un remake americano con un reparto más que interesante: James McAvoy, Mackenzie Davis, Scoot McNairy, etcétera…
No es de extrañar, con los tiempos actuales en la industria del cine, que se haga un remake tan pronto. Hace poco se confirmó también un remake americano de la película Druk de Dinamarca, o Train to Busan, esa famosa película de zombies coreana que también quieren hacer en versión americana. Podría seguir poniendo ejemplos, pero con estos son suficientes. Ahora, en este caso, le ha tocado a Speak No Evil.
La película sin duda destacaría que, ante todo, es una experiencia incómoda, con una dirección actoral por parte del director fabulosa. El cineasta es James Watkins, que nos trajo la joya Eden Lake, una de las películas que más impotencia genera y mal rollo en el cuerpo del espectador, extremadamente dura e incómoda también. Parte de cierta experiencia para saber estremecer al espectador, y con esta, a pesar de ser un remake, lo logra también.
¿De qué trata?
Cuando una familia americana es invitada a pasar el fin de semana en la idílica finca de una encantadora familia británica con la que entablaron amistad durante unas vacaciones en Italia, lo que comienza como un viaje de ensueño pronto se convierte en una retorcida pesadilla psicológica.
Básicamente, entramos en el terreno de la incertidumbre: una pareja conoce a otra en vacaciones, y esta la invita a su casa de campo a pasar un fin de semana… ¿Todo suena bien, cierto? Pero la película, a medida que avanzan los minutos, se vuelve más y más incómoda. ¿A qué se debe esto? Al personaje de James McAvoy. Él es la piedra angular, el núcleo central de la obra para que todo funcione. Sus gestos, su humor negro, su brutalidad, incluso física, que representa, y las caras de loco o satíricas que pone, hacen que la experiencia cinematográfica vaya cogiendo un tono tan incómodo que ya en cierto punto explota.
Básicamente, representa a un personaje que vive en una casa de campo junto a su pareja y aparentan ser felices. Él es médico y supuestamente tiene una vida idílica. A medida que avanzan los minutos, nos daremos cuenta de que algo mucho más siniestro y oscuro guarda detrás del personaje. Toda la obra cinematográfica recae sobre el actor, y siendo muy honesto, si no es por él, caería muchísimo.
Aunque también, no sería justo mencionar que el resto del reparto, con sus reacciones, hace que funcione todo a las mil maravillas.
¿Un remake a la altura?
Sin duda, sea remake o no remake, la película por sí misma funciona sola, consagrándose como una buena película de experiencia de terror a recomendar. Bien es cierto que en lo débil le resta que sea un remake (parte de idea original, aunque sepa ser diferente a su antecesora). Y creo que lo malo son, sin duda, sus últimos 20 minutos. Pierde muchísimo fuelle la película, convirtiéndose en algo más genérico, cliché y olvidable, sin apenas riesgo. Quizás el director se tuvo que envalentonar en hacer algo infinitamente más crudo, arriesgado e impactante.
Pero con todo ello, hasta ese punto de la película merece muchísimo la pena. Repito, tampoco me parece el final un desastre, pero sí que ya quita toda la gracia de lo que pretendía la película anteriormente. Peca de ser poco original, tirando más a lo convencional que hemos visto en mil películas antes, con un final anticlimático.
Respecto a la banda sonora, no se hace de notar mucho, pero tiene ciertos momentos que simplemente cumple. Los efectos sonoros están muy bien conseguidos, ya que el director también juega muchas veces con silenciar cualquier música para centrarnos en la escena.
La dirección es sólida de principio a fin, el montaje también, y la fotografía no resalta mucho, pero cumple. De todo lo técnico, lo más sobresaliente es el manejo de todos los actores, incluidos dos niños, uno de cada pareja. Uno tiene que transmitir incertidumbre y suspense; la niña, la parte más terrorífica de todo lo que va viendo a medida que pasan los minutos, viendo a sus padres en una situación que se complica cada vez más.
Una experiencia de terror incómoda que creo que gustará a la audiencia y que, sin duda, se pasa mal, con un James inmenso en el papel. Este actor, que ya sorprendió en Múltiple u otras obras conocidas, sigue estando en un estado de forma increíble. Desde que la veas, te plantearás en tu vida hablar con extraños y desconfiar a la mínima…
