La 76ª ceremonia de los Emmy ha dejado una huella imborrable en la historia de la televisión, con logros que marcarán un antes y un después. Uno de los hitos más destacados ha sido la victoria de Shogun, serie de FX producida por Disney, que se ha convertido en la primera serie de habla no inglesa en ganar el Emmy a mejor serie dramática. Además, Hiroyuki Sanada hizo historia al ser el primer japonés en ganar el premio a mejor actor en una serie dramática. Un doble logro histórico que no pasará desapercibido.
Shogun nos traslada al Japón feudal con un guion impecable y una ambientación detallada que ha cautivado a la audiencia, en gran parte gracias al boca a boca y a las excelentes críticas recibidas. Con la confirmación de su segunda y tercera temporada, la primera de las cuales ya está en desarrollo y programada para 2026, parece que tendremos samuráis y calidad por mucho tiempo. Si la serie continúa con esta cosecha de premios, podríamos estar ante una de las producciones más premiadas de la historia, ya que ha roto récords con solo una temporada.
De hecho, Shogun es la primera serie en ganar 18 premios Emmy en su temporada debut, superando todos los precedentes. Aunque la competencia no era especialmente fuerte, su arrolladora victoria en categorías técnicas como mejor diseño de producción, maquillaje prostético, edición de imágenes, efectos visuales, fotografía, vestuario de época y dirección, entre otras, demuestra que no estamos hablando de una serie cualquiera, sino de un hito de producción sin precedentes en cuanto a la representación del Japón feudal.
Por otro lado, Baby Reindeer, miniserie de Netflix, ha sido otro de los fenómenos del año. La serie, que relata la historia de un camarero acosado por una clienta de manera obsesiva, ha ganado cuatro premios Emmy importantes: mejor miniserie, mejor actor para Richard Gadd, mejor actriz de reparto para Jessica Gunning, y mejor guion. Gadd y Gunning se han consagrado como uno de los dúos del año.
A nivel personal, mi favorita era Ripley, que considero superior tanto por la actuación de Andrew Scott, nominado a mejor actor en una serie limitada, como por la calidad general de la serie, que me parece una obra de arte. Sin embargo, los premios han sido para Baby Reindeer, y su éxito es innegable y merecido.
¿Ha habido más sorpresas en la ceremonia?
La famosa serie The Bear ha vuelto a ser una de las grandes sorpresas de los Emmy, aunque sigue resultando extraño que se catalogue como comedia cuando, en esencia, es más bien un drama. A pesar de esto, no logró alzarse con el premio a mejor serie de comedia, que fue arrebatado por Hacks de HBO. Sin embargo, The Bear se llevó varios premios importantes. Jeremy Allen White ganó su segundo Emmy consecutivo como mejor actor principal en una serie de comedia, y Ebon Moss-Bachrach también repitió victoria con un Emmy como mejor actor de reparto. Liza Colón-Zayas se llevó el galardón a mejor actriz de reparto en comedia, y Christopher Storer ganó el premio a mejor dirección en serie de comedia, un reconocimiento merecido dado el nivel de dirección que la serie ha demostrado.
Para coronar la noche, Jamie Lee Curtis consiguió su primer Emmy en la categoría de mejor actriz invitada en comedia. Aunque la serie no se llevó el máximo galardón, su cosecha de éxitos fue impresionante. Otro momento destacado fue el primer Emmy para la veterana y legendaria actriz Jodie Foster, quien ganó el premio a mejor actriz en una miniserie por su papel de la detective Liz Danvers en True Detective: Night Country.
FX fue la gran ganadora de la noche, dominando con The Bear y Shogun, acumulando un total de 36 premios Emmy, lo que es una auténtica proeza. En segundo lugar, quedó Netflix, con 24 premios, demostrando que, aunque sigue siendo una plataforma controvertida, sigue produciendo contenidos de calidad. Cabe destacar que la serie de animación Samurái de ojos azules ganó el Emmy a mejor producción de animación, un reconocimiento más que merecido. En tercer lugar se ubicó HBO/Max, con 14 premios, y en cuarto lugar Apple TV Plus con 10 galardones. Apple TV Plus está subiendo de nivel año tras año y, aunque aún no recibe todo el reconocimiento que merece, está claro que se está consolidando como una de las plataformas más fuertes del streaming.
Entre las declaraciones más destacadas de la noche estuvo la de Hiroyuki Sanada, quien describió Shogun como «un sueño entre Oriente y Occidente», señalando que «cuando las personas trabajan juntas, podemos hacer milagros […] podemos crear un futuro mejor juntos». Sus palabras fueron un hermoso reconocimiento al esfuerzo por mostrar al mundo la cultura japonesa a través de un producto que no solo entretiene, sino que también educa.
En un panorama dominado por superhéroes y productos comerciales de consumo rápido, es realmente refrescante ver cómo una serie histórica como Shogun destaca por su enfoque artístico, su guion cuidado y su respeto por los relatos humanos del pasado. Este tipo de producciones logran iluminar a la sociedad actual a través del medio audiovisual, y podrían marcar un antes y un después, abriendo la puerta a más series históricas de este calibre.
Sin duda, fue una noche de los Emmy inolvidable, llena de series excepcionales que han dejado una huella en la audiencia y en el mundo.
