Fotograma de Venom 3
Sony Pictures sorprendió al anunciar su enfoque en películas centradas en villanos, una propuesta refrescante en el género de superhéroes y adaptaciones de cómics, generalmente dominado por la perspectiva del héroe. La narrativa clásica de los superhéroes tiende a ser monótona y predecible, por lo que la idea de explorar a los antihéroes y villanos parecía un giro brillante. Sin embargo, tener una buena idea no es suficiente: la ejecución debe estar a la altura. Esto implica contar con guionistas y cineastas de calidad, construir un calendario estratégico con personajes interesantes y, sobre todo, entender y desarrollar a fondo al villano que se pretende adaptar. La clave radica en ofrecer algo original y mantener un estándar alto.
Así llegó el anuncio de Venom, una película sobre uno de los villanos más icónicos de los cómics y antagonista clásico de Spider-Man. La expectativa era alta, pues la idea de un enfoque más oscuro, adulto y violento era prometedora, y Tom Hardy en el papel protagónico añadía emoción al proyecto. Sin embargo, al estrenarse en 2018, la película resultó decepcionante: las críticas fueron desfavorables, el tono demasiado ligero y el guion desordenado. Transformaron a Venom en un personaje cómico, sin la fuerza ni la seriedad que muchos esperaban, con escenas que rápidamente se volvieron objeto de memes. A pesar de esto, la taquilla fue un éxito rotundo, superando los 800 millones de dólares con un presupuesto de apenas 115 millones, lo que hizo inevitable una secuela.
En 2021 llegó Venom: Habrá Matanza, dirigida por Andy Serkis, con Woody Harrelson como el villano Carnage, un personaje brutal y despiadado. Pero nuevamente, el resultado fue el mismo: críticas nefastas, un tono cómico inadecuado y una narrativa que repetía los errores de su predecesora. Sin embargo, recaudó más de 500 millones de dólares, mostrando que, aunque la calidad no convencía, la rentabilidad estaba garantizada.
Luego, en 2022, Sony estrenó Morbius, centrada en otro villano clásico de Spider-Man, pero esta vez sin el héroe arácnido, lo que debilitó el planteamiento. Esta película fue un fracaso en crítica, audiencia y taquilla, con ingresos de 167 millones de dólares frente a un presupuesto de 80 millones, quedándose muy por debajo de las expectativas.
Ahora, se ha anunciado Venom 3: El Último Baile, el cierre de la trilogía de Venom. ¿Será esta entrega el tan esperado acierto tras dos películas criticadas? ¿Podrá dar un cierre digno a un personaje que ha sido tratado de forma tan inconsistente? ¿O, tras cuatro intentos, Sony finalmente logrará una película a la altura?
¿Es Venom: el Último Baile una despedida decente?
Desafortunadamente, esta tercera entrega de Venom no logra convertirse en la buena película que muchos esperaban. La trilogía, en su conjunto, no supera el mínimo aceptable; cada entrega ha sido decepcionante. Sin embargo, como cierre, esta última película es algo digna en cuanto a entretenimiento superficial, ya que transforma a Venom en una figura casi cómica. Si el objetivo es simplemente desconectar y pasar un rato de risas, cumple su propósito, aunque con una calidad cinematográfica cuestionable.
Primero lo obvio: Venom: El Último Baile es una mala película. Con un guion lleno de agujeros, personajes ridículos y una trama predecible, la película abunda en chistes sin gracia. No obstante, desde el tráiler, Sony ya dejó claro el tono ligero de esta entrega, evitando crear falsas expectativas. La situación recuerda al enfoque de Marvel Studios con Thor: un personaje que, en principio, debía ser épico y carismático, terminó convertido en una figura cómica que incluso el propio Chris Hemsworth ha criticado tras Thor: Love and Thunder. Similarmente, en esta película, Venom se vuelve excesivamente humorístico y sentimental, alejándose del villano oscuro que representa en los cómics de Spider-Man.
La trama de esta película es sencilla: Eddie Brock y Venom, simbionte y humano, deben huir de los militares que los persiguen, mientras enfrentan a Knull, un villano monstruoso que envía criaturas desde otro planeta en busca de un códice en el interior de Venom. Para Knull, este códice es esencial para escapar de su prisión. Básicamente, la película sigue a Eddie y Venom en un viaje en formato de road movie en el que enfrentan amenazas cómicas y escenarios disparatados: Venom transformándose en rana, pez o caballo, interacciones con hippies, y un final lleno de simbiontes y CGI (algunos buenos, otros malos). Entretenida, sí; buena, no.
Aunque el filme es mediocre en dirección y montaje y la banda sonora es genérica, sorprendentemente, la relación entre Eddie y Venom está bien lograda y se vuelve emotiva en algunos momentos. A pesar de ser una película deficiente, logra conmover, aunque sea un poco, a través de esta dinámica de «pareja». En resumen, a nivel técnico y narrativo, es una obra pobre. Sin embargo, ofrece un entretenimiento básico y una despedida peculiar, casi circense, para el personaje, transformado en un producto de entretenimiento masivo.
Es una despedida triste porque el personaje pudo haber tenido una trilogía significativa y no la ha conseguido. Aunque esta entrega es la más entretenida de las tres, deja un sabor agridulce. Quizá, en el futuro, Venom regrese bajo una nueva visión.