Tras tres intentos presidenciales, Donald Trump ha logrado regresar a la Casa Blanca, en gran parte gracias al voto latino, un sector clave en Estados Unidos. A pesar de sus controvertidos comentarios en temas de inmigración, el republicano atrajo a una porción significativa de votantes hispanos, especialmente hombres. Trump aumentó su apoyo a un 45%, con un notable 53% de los hombres latinos a su favor, un hito para los republicanos.
El avance de Trump en bastiones hispanos fue evidente en estados clave como Florida, Texas y Pensilvania, donde su apoyo entre la comunidad puertorriqueña y dominicana se incrementó. En Michigan, otro estado decisivo, Trump mejoró su popularidad entre los hispanos en un 19% respecto a elecciones previas.
Diálogo con los políticos latinoamericanos exiliados
Ahora, el equipo de transición de Donald Trump también se ha centrado en contentar a la población hispana. En este caso, pocos días después de la victoria ya han comenzado a entablar contacto con líderes de la oposición exiliada de Nicaragua, Cuba y Venezuela, en un esfuerzo por coordinar una estrategia conjunta contra los regímenes que gobiernan estos países. Félix Maradiaga, destacado líder nicaragüense exiliado y ex candidato presidencial, reveló que recibió una llamada de cortesía de representantes de Trump. Según Maradiaga, la intención del equipo del presidente electo es abrir canales de comunicación para fortalecer la unidad de los opositores exiliados frente a estas tres dictaduras.
En una entrevista, Maradiaga explicó que representantes de Trump expresaron interés en unir las perspectivas de los exiliados de los tres países para coordinar acciones desde Estados Unidos que puedan tener un impacto en la lucha por la democracia en la región. Además, mencionó que en días recientes se reunió con miembros del equipo de campaña de Trump en Chicago, donde discutieron temas de interés común sobre política exterior y seguridad latinoamericana para la administración entrante.
Maradiaga, quien fue encarcelado antes de las elecciones en Nicaragua y deportado a Estados Unidos en febrero de 2023, forma parte de la Fundación para la Libertad de Nicaragua y de la Plataforma por la Unidad y la Democracia, una coalición opositora nicaragüense. En febrero de 2023, el régimen de Daniel Ortega excarceló y deportó a 222 presos políticos, incluyendo a Maradiaga, quienes fueron despojados de su nacionalidad. La Plataforma, a la que él pertenece, ha instado al futuro gobierno de Trump a continuar brindando apoyo a los migrantes nicaragüenses que buscan refugio en Estados Unidos debido a la represión en su país de origen.
La intención de Trump de retomar una postura firme frente a las dictaduras de izquierda en América Latina no es nueva; durante su mandato anterior, impuso sanciones severas a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Muchas de estas sanciones fueron suavizadas por el presidente Joe Biden, en un intento de abrir vías diplomáticas con estos gobiernos. Sin embargo, con el regreso de Trump al poder, se prevé que se restablezcan medidas de presión y sanciones económicas contra estas naciones, en busca de ejercer mayor control y apoyo a los movimientos opositores.