Zhang Xiaogang, portavoz del Ministerio de Defensa Nacional de China en su última conferencia de prensa, declaró que la OTAN es una fuente de discordia, ha desencadenado guerras en Afganistán, Irak, Libia y Ucrania.
«La OTAN es una máquina que siembra el caos de la guerra, ha llevado las llamas de la guerra y el desastre a las regiones y pueblos de Ucrania, Afganistán, Irak y Libia«, afirmó el portavoz en referencia al comunicado emitido en la cumbre de la OTAN en Washington.
En los últimos años, la OTAN ha continuado extendiendo sus «garras malignas» hacia la región Asia-Pacífico, informó TASS citando al portavoz chino.
Además, el portavoz del ministerio de defensa aseguró que “la Alianza está atacando a China y alienta a ciertos países de la región a seguir su ejemplo”. Subrayó que el comunicado final de la cumbre de la OTAN está «lleno de mentiras, prejuicios, incitación y calumnias». «Expresamos nuestra extrema insatisfacción y una fuerte protesta por esto», enfatizó.
Los países de la OTAN en la declaración final de la cumbre de Washington, emitida el 10 de julio, dijeron que planean reunirse con representantes de Australia, Nueva Zelanda, la República de Corea y Japón para discutir posibles áreas de cooperación y desafíos de seguridad comunes. Además, la OTAN sostiene que China representa «desafíos sistémicos para la seguridad euroatlántica». El documento también insta a China a cesar su apoyo material y político a la operación militar especial de Rusia en Ucrania, así como a detener las exportaciones de bienes de doble uso a Rusia.
La declaración del portavoz chino refleja la creciente tensión entre China y la OTAN, en un contexto de reconfiguración geopolítica donde las alianzas y rivalidades se están redefiniendo. La acusación de que la OTAN es una fuente de caos y destrucción subraya las profundas diferencias entre las visiones de seguridad y estabilidad global que tienen ambas partes.
China ve la expansión de la OTAN en Asia-Pacífico como una amenaza directa a su seguridad nacional y soberanía, interpretando los esfuerzos de la Alianza para incluir a países como Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Japón como un intento de cercar y contener a China. Este tipo de movimientos son percibidos por Beijing no solo como una interferencia en sus asuntos regionales, sino también como una provocación directa.
El comunicado de la OTAN, que acusa a China de representar desafíos sistémicos y demanda el cese de su apoyo a Rusia, añade combustible a las ya tensas relaciones. La insistencia en que China detenga las exportaciones de bienes de doble uso a Rusia también toca un nervio sensible, ya que estas exportaciones son una parte crucial de la relación económica entre Beijing y Moscú.
La respuesta vehemente del Ministerio de Defensa de China no es solo una reacción a las acusaciones específicas contenidas en el comunicado de la OTAN, sino también una señal de que China está dispuesta a resistir cualquier intento de la Alianza de expandir su influencia en Asia-Pacífico. Esta postura refleja una determinación de defender lo que considera sus intereses nacionales vitales en una región cada vez más estratégicamente importante.