Manfiestación contra Netanyahu en Jerusalén. Imagen de NIR ALON
Más de 100.000 personas, según los convocantes, han salido este domingo a las calles de Jerusalén en la que es ya la mayor protesta contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu desde los ataques del 7 de octubre lanzados desde la Franja de Gaza. La movilización de este domingo supone el inicio de una “semana nacional de protesta” convocada por la oposición.
Los manifestantes exigen la dimisión de Benjamín Netanyahu y unas elecciones anticipadas, ya que lo culpan de seguir una estrategia equivocada y de sabotear las conversaciones sobre rehenes. Además, otra cuestión que plantean los manifestantes es el hecho de que los judíos ultraortodoxos, los jaredíes, están exentos del servicio militar obligatorio, ya que suponen el 13% de los ciudadanos israelíes.
La marcha principal ha estado acompañada de otras manifestaciones más pequeñas en toda la ciudad. El objetivo es levantar una acampada, una «ciudad de tiendas de campaña», frente a la Knesset o Parlamento israelí.
Asimismo, una de las novedades que han caracterizado esta marcha es la presencia de varias familias de rehenes secuestrados en Gaza porque consideran que Netanyahu es un obstáculo para un acuerdo de intercambio. Uno de los portavoces de estas familias, Eli Albag, cuya hija Liri se encuentra en manos de Hamás, ha explicado que dejarán de participar en las concentraciones de la rebautizada como Plaza de los Rehenes de Tel Aviv para incorporarse a las movilizaciones contra el primer ministro.
La reacción del gobierno
En este contexto, el primer ministro afirmó este domingo que unas elecciones anticipadas “paralizarán a Israel” durante varios meses y que “el primer beneficiado será Hamás”.
«La convocatoria de elecciones ahora, en plena guerra, justo antes de la victoria, paralizará Israel durante al menos seis meses, ocho meses en mi opinión. Paralizará las negociaciones para la liberación de nuestros rehenes y pospondrá el fin de la guerra sin que se hayan cumplido los objetivos, y todo ello beneficiará a Hamás, y eso lo dice todo», declaró el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Ante estas declaraciones, el líder de la oposición Yair Lapid, reconoció que el gobierno “ya está paralizado”. “La guerra con Hamás está paralizada. El acuerdo por los rehenes está paralizado. El norte está paralizado y el Gobierno en particular está paralizado por su liderazgo. Ha fracasado”, espetó.
Israel ha matado a más de 30.000 palestinos
El número de víctimas mortales palestinas como resultado del prolongado ataque israelí desde el 7 de octubre ha alcanzado una cifra alarmante, confirmaron las autoridades sanitarias locales. Según los últimos informes, se reportan 32.782 muertes y 75.298 personas más han resultado heridas, siendo la mayoría de las víctimas mujeres y niños.
En el día 177 de la agresión continuada sobre la Franja de Gaza, las acciones de la ocupación israelí se han vuelto más indiscriminadas, alcanzando tiendas de campaña de periodistas y personas desplazadas dentro del complejo del hospital Mártires de Al-Aqsa. Además, se ha perpetrado un ataque contra una multitud de palestinos en Abasan, al este de Khan Yunis.
La infraestructura médica en la Franja de Gaza se encuentra al límite, con solo una decena de hospitales en funcionamiento de los 36 que existen en el territorio. La mayoría ha tenido que cerrar debido a los constantes bombardeos y al bloqueo de suministros que persiste desde el inicio de la escalada de violencia.