Javier Milei, presidente de Argentina, en la presentación de su libro en la editorial Planeta. / JOSÉ LUIS ROCA
Esta semana, se han conocido las cifras de pobreza actual en Argentina. Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), que históricamente mide la evolución de este indicador, la pobreza alcanza hoy a más del 55% de los argentinos, un porcentaje que da cuenta de que la crisis se acentúa a diario en este país.
De hecho, a finales de 2023, la tasa de pobreza que ofrecía el organismo era 11,5 puntos menor y ya se calificaba de intolerable. Este periodo de unos pocos meses coincide con la era de Javier Milei, quien puso en marcha una devaluación del 118% de la moneda nacional y su llamado “plan motosierra” para reducir el gasto público.
El mismo informe también desvela el crecimiento de las cifras vinculadas a la indigencia que, de acuerdo con el Observatorio Social de la UCA, ya afecta al 17,5% de la población, mientras que la última medición no llegaba ni al 10%.
El informe mide, además, el escenario de emergencia alimentaria, y ha llegado a la conclusión de que las personas más vulnerables de la población argentina no pueden acceder a los alimentos esenciales. Se trata, en concreto, de un 7,8% de hombres, mujeres y niños. Así, la inseguridad alimentaria afecta al 24,7% de los ciudadanos, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los menores y adolescentes. Las situaciones severas golpean al 8,8% de las familias.
Es en la ciudad de Buenos Aires y en su periferia donde viven más de siete millones de personas y donde más se concentra buena parte del problema nacional. Allí, la inseguridad alimentaria lastima a 26,4% de las personas, el 21,8% de los hogares y el 35% de niños, niñas y adolescentes. De acuerdo con la UCA, el 42,6% de los integrantes de esa franja estaría, entre los 0 y 16 años reciben ayuda estatal para no dormir con el estómago vacío. El 50% de los menores asisten a comedores escolares y el 36,7% almuerza o cena en los comedores populares que administran los movimientos sociales.
Una de las principales razones: la inflación
El documento de la Universidad Católica Argentina atribuye el incremento de la pobreza, principalmente, a los efectos de la inflación –que se disparó abruptamente a comienzos de año, colocando a Argentina en la cima de los países con más inflación del mundo- y a la subida del precio de los alimentos, lo que impacta directamente en la economía de las clases más bajas.
Por su parte, el hambre ha sido causa de varias tensiones entre el Gobierno y la Iglesia, que recientemente ha intentado llamar la atención de la Casa Rosada para advertir sobre la gravedad del escenario. De hecho, esta misma semana, la Iglesia argentina ha señalado que un 10% de la población “sufre hambre con frecuencia”.
Además, los primeros cinco meses del gobierno de Milei están marcados por miles de despidos en el Estado y el sector privado y un cuadro de recesión empujado por el deterioro del poder de compra de quienes todavía tienen empleo.
Sin embargo, estos datos no parecen incumbirle mucho a Milei. La semana pasada, en una charla en la Universidad de Stanford, el presidente de argentina se refirió a la pobreza en el país que gobierna. “No necesito intervenir. Alguien lo va a resolver”, sentenció.