El 5 de Noviembre de 2024 va a ser una fecha clave para el futuro del mundo. Ese día se llevarán a cabo las elecciones en el país más influyente, con dos candidatos completamente opuestos. Por un lado tenemos al expresidente Donald Trump (2017-2021), quien es conocido por su imprevisibilidad, por sus políticas arriesgadas y por su tendencia a incumplir
compromisos anteriores. Por otro lado, tenemos al presidente actual Joe Biden (2021-2024), caracterizado por una política más tradicionalista y por seguir los pasos de quien fue vicepresidente, Barack Obama.
La administración Trump destacó por su revisión y rechazo de los compromisos internacionales americanos. Resalta la retirada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en lo que a cambio climático respecta, la retirada de la agenda 2030 de los acuerdos de París, la proposición o amenaza de que Estados Unidos también se apartaría de la OTAN, además de
las múltiples agresiones comerciales contra la Unión Europea quien parecía ser más un adversario económico que uno de sus valiosos aliados estratégicos, la finalización de la financiación de la OMS y también el retiro del acuerdo nuclear con Irán.
Teniendo esto en cuenta, podemos observar que su mandato de cuatro años fue ajetreado, con muchos altibajos y cambios de política. Si analizamos individualmente hay varios países con los que vale la pena escrutinizar en las relaciones con los ‘yankees’.
México, inmigración y Venezuela. Los caballos de batalla de Trump
En América Latina, México es uno de ellos, durante su campaña Trump se dedicó a la difamación de los inmigrantes provenientes de México diciendo que traían a violadores, asesinos y que incluso venían a propagar enfermedades infecciosas. Con estos argumentos quería crear un muro en toda la frontera sur y dijo que los mexicanos lo pagarían con mayores tarifas para el ingreso a Estados Unidos y mediante aranceles en el acuerdo TLCAN (Tratado de Libre Comercio América del Norte).
Una vez presidente, las relaciones con México se deterioraron gravemente hasta que López Obrador se convierte en nuevo presidente y consigue apaciguar los vínculos entre ambos países y la no construcción de dicho muro. También Venezuela estuvo bastante presente para la administración Trump, quienes declararon al país como una dictadura y se planteaban una posible “solución militar” americana para el país. Finalmente, los consejeros de Trump le convencieron de que los gobiernos de América Latina estaban en contra de la intervención extranjera a lo que Trump decidió posicionarse del lado de Juan Guaidó como presidente y principal opositor del actual gobierno venezolano, rompiendo así todas los lazos entre Venezuela y Estados Unidos.
Durante los diferentes episodios de la política exterior americana, la administración Trump volvió a nombrar la ‘Doctrina Monroe’ como modelo de actuación, lo que querían decir es que América era para los americanos con la excusa de tener un hemisferio totalmente democrático.
El teatro Asia-Pacífico y la pugna con China
En Asia, destaca el avance y acercamiento al régimen de Kim Jong Un. Aunque al principio de su mandato en 2017, Corea del Norte estuvo probando misiles balísticos intercontinentales que intensificaron la retórica americana contra Kim Jong Un llegando a afirmar que estas provocaciones solamente hallarían una respuesta de fuego y furia. Un año más tarde, los dos
presidentes se reunieron en Singapur donde la reunión terminó con unas sorprendentes declaraciones de Trump afirmando que Corea del Norte ya no será una amenaza nuclear.
Otra de las victorias de la administración Trump es la creación de puentes de diálogo y de relación entre Japón y Corea del Sur, dos grandes aliados americanos cuyas relaciones estaban rotas debido a disputas territoriales. Y finalmente, China. Se ha observado un cambio y constante deterioro de las relaciones chino-americanas. La guerra comercial llevada a cabo en 2018 tiene gran parte de la culpa, cuando Trump decidió prohibir la venta de algunos productos chinos como Huawei, incrementar las restricciones para VISAs estudiantiles o implementar aranceles a todos los productos chinos. Además acusó a China de ser el precursor de la pandemia COVID-19 y infundó sanciones por el genocidio chino contra la minoria Uigur y sus campos de detención en China.
Y para añadir más leña al fuego, la administración Trump llevó a cabo la primera visita diplomática desde 1979 a Taiwán, rebatiendo la teoría que ellos mismos apoyan de ‘una sola China’.
El avispero de Oriente Medio
Por otro lado, algunas de las políticas americanas en Oriente Medio son consideradas como victorias. Para empezar, paró los pies en Siria a las tropas de Bashar Al Assad en cuanto al uso de gases neurotóxicos en la guerra de Siria, considerados como ilegales en los acuerdos de Ginebra. Y como mayor logro de la política exterior de Trump, los acuerdos de Abraham. Que consiste en el establecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos que impulsa a Israel como única democracia no volátil de la región y a Arabia Saudita como mayor potencia regional aislando así a Irán y sus aliados.
Para comprender la magnitud de este tratado cabe comprender que el país de Israel está considerado como máximo rival de la gran mayoría de naciones musulmanas debido a sus orígenes y por la opresión al pueblo palestino. En todo caso, se acordó que Israel paralizaría la anexión de territorio palestino en Cisjordania y también el reconocimiento de Israel como Estado, por tanto el reconocimiento de Israel como soberano de sus tierras.
Sin embargo, Afganistán es un caso complejo. En 2017, se afirmaba que la retirada de tropas era imposible y que se enviaba al país 3000 soldados más. En 2020, se firma el acuerdo de Doha que consistía en la paz con los talibanes y la retirada de tropas en un plazo de poco más de un año y un acuerdo de sacar a 5000 presos de las cárceles afganas.
Durante el tiempo de ocupación americano, su ejército estuvo entrenando y haciendo múltiples maniobras con las tropas locales, pero el momento en que los soldados internacionales se evacuaron de Afganistán, el país cayó en manos de los talibanes de nuevo.
Victorias y fracasos
Para finalizar, lo que destaco de la administración Trump son definitivamente los acuerdos de Abraham, la línea roja a Bashar Al Assad, el acercamiento a Corea del Norte y el comienzo de diálogo entre Corea del Sur y Japón.
Por otro lado, Estados Unidos se ha vuelto un país mucho más aislacionista y solitario, poniendo por delante rentabilidad antes que sus valiosos e históricos aliados a los que ha causado desconfianza, tanto en la Unión Europea como en la Alianza del Atlántico Norte.
También, consecuencias irreversibles en Afganistán y en China. Tras la retirada de tropas, el país cayó de nuevo bajo el dominio de los talibanes, significando que todas las vidas y los millones de dólares invertidos han servido de poco. En China, la creciente decadencia de las relaciones tanto económicas como geoestratégicas tienen al mundo paralizado, ya que el ‘dragón dormido’ ha despertado y está cortando terreno hegemónico a Estados Unidos, y como la historia demuestra todos los grandes imperios en algún momento caen.