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Desde la fundación de la República Federal hace 75 años, ningún partido alemán ha sido tan influyente en la formación de gobiernos como el Partido Libre Democrático (FDP). Este pequeño pero decisivo actor político ha sido fundamental para construir mayorías tanto de centroizquierda como de centroderecha. Sin embargo, el panorama actual es muy distinto: el FDP atraviesa una de sus peores crisis tras provocar en noviembre la ruptura de la coalición gubernamental y abrir la puerta a elecciones anticipadas.
Ruptura y polémicas revelaciones
La situación del FDP se complicó aún más cuando la prensa desveló los planes secretos que culminaron con la caída del tripartito liderado por el canciller Olaf Scholz. Según encuestas, el FDP podría quedarse fuera del Bundestag en las elecciones del próximo 23 de febrero, al no superar el umbral del 5%. “Es un daño autoinfligido que mina su credibilidad electoral”, opina Wolfgang Merkel, politólogo del Centro de Investigación de Ciencias Sociales de Berlín.
Christian Lindner, líder del FDP y exministro de Finanzas, ha sido señalado como responsable de esta crisis. Su estrategia, concebida como un movimiento maquiavélico, terminó siendo considerada un fracaso. Lindner, defensor de una estricta austeridad, sorprendió al mencionar como inspiración a figuras como Javier Milei, presidente argentino, y Elon Musk, magnate tecnológico.
La “Operación Día-D”
La fractura en la coalición semáforo (por los colores de los partidos involucrados: rojo, verde y amarillo tuvo un origen cuidadosamente planeado. Según informes del Süddeutsche Zeitung y Die Zeit, el FDP bautizó su estrategia como “Operación Día-D” durante una reunión en septiembre en la Villa Erlenkamp de Potsdam. Este lugar histórico, donde en 1945 Harry Truman, Churchill y Stalin discutieron la posguerra, sirvió como sede para diseñar un plan que implicaba la salida del Gobierno en la primera semana de noviembre y una posterior ofensiva mediática.
Un documento interno del FDP detallaba cada paso, aunque Lindner asegura desconocerlo. Sin embargo, los liberales han sido duramente criticados por emplear una terminología de corte bélico y, al mismo tiempo, afirmar públicamente que aún existían opciones de salvar la coalición.
Consecuencias internas y políticas
El impacto de esta operación ha sido devastador. El secretario general del partido, Bijan Djir-Sarai, renunció, y Lindner enfrenta crecientes presiones. En una reciente entrevista, Lindner desconcertó al sugerir que Alemania necesita “un poco más de Milei o Musk”, una frase que buscaba evocar las reformas innovadoras, pero que chocó con las tradiciones del liberalismo alemán, centrado en el equilibrio entre Estado y mercado.
Thorsten Holzhauser, historiador consultado por Die Zeit, explicó que el liberalismo alemán tiene poco en común con el libertarismo radical de Silicon Valley o las ideas anarcocapitalistas de Milei. El enfoque germano siempre ha considerado al Estado como un elemento indispensable para garantizar el orden social.