El primer ministro de la India, Narendra Modi, anunció el martes la victoria de su Alianza Democrática Nacional (NDA) en las recientes elecciones generales, aunque los resultados mostraron un rendimiento menor de lo esperado para su propio partido, el Bharatiya Janata Party (BJP). En una declaración en la sede de su partido, Modi agradeció a los votantes por la «inmensa fe» depositada tanto en el BJP como en la coalición que lidera, asegurando que formarán gobierno por tercera vez consecutiva.
Por primera vez desde que el BJP llegó al poder en 2014, parece improbable que logre una mayoría absoluta en el parlamento, lo que obliga a Modi a depender del apoyo de otros partidos dentro de la NDA para su tercer mandato de cinco años. Este hecho representa un golpe significativo para Modi, quien a los 73 años esperaba asegurar una victoria aplastante.
Compromiso con la economía
Modi reafirmó su compromiso de transformar la economía india, con la ambiciosa meta de convertirla en la tercera más grande del mundo, mejorando su posición actual como la quinta. Prometió aumentar la producción de defensa, fomentar el empleo juvenil, incrementar las exportaciones y apoyar a los agricultores. «Este país verá un nuevo capítulo de grandes decisiones. Esta es la garantía de Modi», declaró, refiriéndose a sí mismo en tercera persona.
La reacción de la oposición
La oposición también se atribuyó una forma de victoria, destacando que los resultados representan una «pérdida moral y política» para Modi. El presidente del Partido del Congreso, Mallikarjun Kharge, describió las elecciones como una «victoria del público y una victoria para la democracia».
Durante sus diez años en el poder, Modi ha cambiado significativamente el contexto político de India, llevando el nacionalismo hindú de una ideología marginal a una corriente dominante. Sus partidarios lo ven como un líder fuerte que ha elevado la posición internacional de India. Sin embargo, sus críticos argumentan que su gobierno ha fomentado la intolerancia y ha aumentado la desigualdad económica. Además, señalan una disminución en la libertad de prensa y un acoso creciente a los medios críticos.