Imagen: Donald Tusk, primer ministro polaco-El Periódico
El primer ministro de Polonia, Donald Tusk, quiere que Europa «piense en polaco» durante la Presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea (UE) que acaba de asumir su país, tal como ha adelantado EFE. Muchas cosas han cambiado en los 13 años transcurridos desde el primer mandato polaco, y a la crónica crisis de identidad europea (que ha dado lugar al abandono de Reino Unido del club comunitario), se une la actual crisis de liderazgo que atraviesan sus principales Estados, un ambiente bélico sin precedentes y una crisis migratoria que está dando lugar al auge de las formaciones de derecha radical.
Polonia abogará por un aumento del gasto en defensa europea, incluyendo la posibilidad de emitir eurobonos para este fin. También buscará fortalecer la cooperación con la OTAN, especialmente con Estados Unidos, y orientará la atención de sus aliados hacia su proyecto «Escudo Oriental», un ambicioso plan para asegurar la frontera con Rusia y Bielorrusia. Polonia también pedirá a Europa que continúe proporcionando apoyo a Ucrania, tanto a nivel político como militar y económico, y buscará mantener la presión sobre Rusia y sus aliados para poner fin a la guerra y comenzar cuanto antes la reconstrucción del país ucraniano.
Otro gran objetivo será fortalecer la competitividad de la economía continental y reducir la dependencia en sectores estratégicos, como el energético, así como la eliminación de barreras al comercio dentro del mercado único y el desarrollo de una política industrial sólida, con facilidades al comercio electrónico del mercado interno y menos burocracia. Asimismo, se impulsará la transición energética hacia fuentes de energía limpias y seguras, un tema que afecta especialmente a Polonia, muy dependiente del carbón.
Añadir nuevos miembros a la UE
La ampliación de la UE a países como Ucrania, Moldavia y los Balcanes occidentales recibirá un nuevo y decidido impulso bajo la presidencia polaca, pero el caso ucraniano es especialmente complicado debido a la guerra en curso, la necesidad de profundas reformas democráticas y el rechazo de algunos Estados miembros por la inclusión de un país arruinado y con un futuro incierto.
La apertura de nuevos procesos de ampliación de la UE, algo a lo que Varsovia se ha comprometido, pretende contrarrestar la influencia rusa en el este de Europa y, a pesar de una complicada coyuntura, conseguir algún avance significativo en este proyecto puede servir para afianzar la credibilidad de la Unión en el ámbito internacional.