Una mujer protesta frente a la Dirección Provincial de Costas en Santa Cruz de Tenerife a principios de marzo. Efe
Canarias se unió el pasado sábado para reclamar un cambio en el modelo turístico actual implantado en todo el archipiélago. Más de 57.000 personas (aunque según los organizadores fueron más de 100.000) han salido a las calles de las siete islas, además de en La Graciosa, para exigir una transformación del modelo turístico que ellos consideran “depredador” y que está poniendo en aprietos a buena parte de la población canaria. Con el lema Canarias tiene un límite, el objetivo de la multitudinaria manifestación es reconducir el modelo de desarrollo en las islas basado en el turismo.
Aunque es el que sustenta casi el 40% del empleo directo e indirecto y es el principal sector en el PIB, es también un modelo que genera desigualdad, no ha distribuido la riqueza entre la población isleña, ha agravado el problema de la vivienda y ha provocado grandes consecuencias sociales, laborales y ambientales. De hecho, tanto en 2017 como este 2023, Canarias registró sus cifras más altas de llegadas de turistas y, al mismo tiempo, sus tasas más elevadas de pobreza, según el informe AROPE.
A su vez, los convocantes también reclaman otras medidas a corto plazo como una moratoria turística, la regulación efectiva de la vivienda para garantizar el acceso a este derecho básico y la implantación de una ecotasa turística. Desde las 12 del mediodía, las calles han coreado lemas como “esto no es sequía, esto es saqueo”, “el turismo me sube el alquiler”, “el paraíso no se hace con cemento” y “Clavijo, escucha estamos en la lucha”, en referencia al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo (Coalición Canaria).
Los convocantes han insistido en señalar también que la protesta no es para echar a los turistas o acabar con esta industria, como han afirmado quienes se oponen al movimiento. Las manifestaciones, en realidad, han reclamado poner límites y condiciones al turismo y han protestado contra quienes han gobernado solo pensando en términos de beneficios económicos y escuchando solo los intereses de un sector y unos empresarios muy concretos.
Sueldos bajos, paro alto, riesgo de pobreza elevado y alquileres por las nubes
Las Islas Canarias son el tercer destino turístico de España, pero eso no asegura que los residentes vivan en buenas condiciones. De hecho, los sueldos son los segundos más bajos del país con 1.630 euros al mes de media, tiene la tercera tasa de paro más alta (16% según la última EPA del INE), la segunda inflación más alta (3,5% frente al 3,2% nacional) y la segunda tasa de riesgo de pobreza más alto (26,1%) y es la cuarta comunidad con el precio más alto del alquiler por metro cuadrado.
Asimismo, el riesgo de exclusión social está por encima del 33% de la población, una cifra que no ha parado de crecer en los últimos años hasta superar los 2,2 millones de habitantes. Cabe destacar que estos nuevos residentes no son africanos llegados en pateras (más del 80% acaba trasladándose al continente europeo), sino que son, en su mayoría, italianos, británicos, alemanes y venezolanos (más del 21% de la población residente nació en el extranjero).