El Tribunal Supremos ha rebajado de 15 a 14 años de prisión para Ángel Boza, uno de los condenados por la violación grupal en Sanfermines de 2016, en aplicación de la polémica ley del ‘sólo sí es sí’. El tribunal navarro, con un voto de una magistrada en contra, argumentó que el Supremo impuso dicha condena de 15 años por ser “próxima” o “cercana” al mínimo legal, unos mínimos que la ley del sólo sí es sí rebajó “sensiblemente” y que, como consecuencia, el castigo al condenado también debía reducirse.
Aunque la Fiscalía ha reprochado que esta rebaja de la condena ha sido “meramente aritmética”. Por otro lado, la abogada de la defensa ha entendido que el TS no ha tenido en cuenta la gravedad de los hechos que se juzgaron y este es uno de los argumentos que reprodujo la magistrada del tribunal que discrepó de sus compañeros.
Hay que destacar que el Supremo sí que ha considerado lógico el criterio presentado por el TSJ al ajustarse a los parámetros que estableció el pleno de la Sala de lo Penal cuando abordó la línea a seguir tras la entrada en vigor de dicha ley.
Así mismo, recuerda que el alto tribunal “situó la pena muy poco por encima de su umbral mínimo”, nueve meses más de lo que contemplaba la ley en ese momento. Sin embargo, explica, con la nueva ley, esa pena se situó dos años más alta del mínimo imponible.
Nueva rebaja de condena por la ley del sólo sí es sí
Por tanto, no hay duda de que la ley del solo sí es sí “es más favorable para el acusado” y buena prueba de ello fue que más tarde se modificó para elevar las penas, “a la vista de la realidad social y las revisiones que se estaban produciendo”, dice el Supremo.
Y recuerda que no pueden hacerse diferencias “entre este caso, por más que sea particularmente mediático, y los cientos de casos que han sido analizados”, en los que “de forma muy reiterada se ha declarado que el marco penológico instaurado” por la citada ley “es más beneficioso que la regulación anterior”.
Tras conocer la rebaja de la pena efectuada por el TSJ navarro, el abogado Agustín Martínez, defensor de los condenados, entendió que, de ser firme la reducción, el resto de condenados también se podrían acabar beneficiando.