Carles Puigdemont ha puesto sobre la mesa una demanda clara: ser investido presidente de la Generalitat o dar por concluida la legislatura. Con la campaña llevada en el sur de Francia, Junts ha consolidado su base estratégica, se respira un optimismo palpable.
ERC y Junts por el liderazgo independentista
La competencia entre ERC y Junts por el liderazgo independentista se intensifica con la presentación de programas electorales. Mientras ERC propone un referéndum, Junts reafirma la legitimidad del referéndum de 1 de octubre y denuncia la supuesta destitución ilegal de Puigdemont por el Gobierno. Este último movimiento no solo ha reunido a los seguidores habituales de Puigdemont, sino que también ha atraído a figuras prominentes de otros partidos y movimientos políticos.
Puigdemont y su equipo confían en un posible cambio en el equilibrio de poder en el Parlamento catalán, favoreciendo a Junts. Esto les permitiría exigir el apoyo de otras fuerzas independentistas para su investidura, en un escenario en el que ERC y Junts compiten por la supremacía dentro del bloque independentista.
Junts no está seguro de alcanzar los 68 escaños necesarios para la investidura, ni confía en el apoyo de ERC. Ante este panorama, se plantea el riesgo de un nuevo tripartito liderado por ERC, lo que podría llevar a un estancamiento político.
En cualquier caso, Puigdemont está decidido a presionar a Pedro Sánchez para obtener su investidura. Si no se cumple esta exigencia, amenaza con dar por terminada la legislatura. Los independentistas de Junts están seguros de que Sánchez cederá a sus demandas para prolongar la legislatura, incluso ante lo que él mismo ha considerado imposible, como la amnistía o los indultos.