Los devastadores efectos de la última DANA, que afectó severamente a 71 municipios de la Huerta Sur de Valencia, así como a áreas de Castilla-La Mancha y Andalucía, han provocado una reacción en cadena. Con un saldo de 233 víctimas y daños incalculables, el país se encuentra inmerso en un cruce de acusaciones entre el Gobierno central y la Generalitat Valenciana.
Reproches en la respuesta gubernamental
El presidente Pedro Sánchez ha sido objeto de duras críticas por su gestión de la tragedia. La encuesta de Hamalgama Métrica, realizada para Vozpópuli, revela que sólo un 7,2% de los españoles aprueba la actuación del Gobierno, lo cual refleja una percepción ampliamente negativa hacia el Ejecutivo. Incluso, entre sus propios votantes, la desaprobación es alarmante , tres de cada cuatro seguidores del PSOE no respaldan la respuesta de Sánchez.
Por otro lado, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, junto con el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, también han sido señalados por la población, y el clamor popular parece demandar responsabilidades no sólo en el Gobierno central, sino también en la Generalitat Valenciana, encabezada por Carlos Mazón, quien ha recibido críticas desde ambos bandos políticos.
La figura del Rey Felipe VI ha salido como uno de los principales beneficiados en la percepción ciudadana frente a esta catástrofe. Su visita a Paiporta, donde permaneció en diálogo con los vecinos afectados junto a la Reina Letizia y el presidente de la Generalitat, ha consolidado su imagen como una figura de empatía y compromiso. Según los datos de la encuesta, un 61,1% de los españoles valora su papel como bueno o muy bueno, mientras que sólo un 9,8% lo considera negativo.
El episodio en el que Sánchez fue increpado por los vecinos y evacuado del lugar, mientras Felipe VI y Mazón permanecían, ha marcado un antes y un después en la percepción social de la tragedia. Este contraste ha reforzado la imagen del monarca frente a la ciudadanía, quien lo percibe como una figura confiable y cercana en momentos de crisis.
Una ciudadanía dividida
En el caso de Carlos Mazón, la opinión pública se muestra dividida, aunque su gestión tampoco escapa a la crítica. Un 19,5% de los españoles aprueba su actuación, mientras que un 68,5% la desaprueba. A pesar de que su papel en la tragedia ha estado en el centro de las críticas, Mazón ha logrado un apoyo que, aunque minoritario, es notable en comparación con el respaldo a Sánchez.
El rechazo de la gestión de Sánchez es prácticamente unánime entre los votantes de la derecha, con un 100% de los electores de Vox y un 91,4% de los votantes del PP en desacuerdo con la respuesta del Gobierno. Incluso entre los votantes de Sumar, una coalición habitualmente aliada al Gobierno, sólo un 28,6% respalda la gestión, mientras el 71,4% restante se muestra crítico.
La reacción de los votantes socialistas ha sido especialmente reveladora: el 74,5% de los votantes del PSOE no aprueban la gestión de la catástrofe por parte de Sánchez, a pesar de los esfuerzos comunicativos del Ejecutivo, que ha lanzado múltiples campañas en redes sociales para defender su actuación.