Hace apenas un año, desde el repleto Polideportivo Magariños en Madrid, Yolanda Díaz lanzaba con entusiasmo su candidatura para convertirse en «la primera presidenta del Gobierno». Sin embargo, tras tan solo 12 meses, su proyecto, que buscaba unir al espacio político situado a la izquierda del PSOE bajo una marca alternativa a Podemos, parece menos cohesionado que al principio.
Izquierda Unida concurrirá junto a Sumar en las europeas
El último episodio de desacuerdos ha llevado a Sumar a posponer indefinidamente la inclusión en sus órganos de dirección de partidos con los que había forjado alianzas para presentarse con una única lista en las elecciones del 23-J. Este contratiempo surge después del anuncio de IU de suspender su posible participación en la nueva formación hasta someterla a una «reflexión colectiva», aunque sí concurrirán en una candidatura conjunta a las europeas del 9 de junio, a pesar de ocupar el cuarto puesto, una posición que consideran no adecuada.
El resto de los partidos se desligan en las europeas
Otras formaciones, como Drago Canarias y Més Mallorca, han optado por no concurrir a las elecciones europeas con Sumar. Las tensiones también se han hecho evidentes en las relaciones territoriales, generando roces con aliados como Más Madrid, Compromís en la Comunidad Valenciana, la Chunta en Aragón y Més en Baleares.
Podemos dinamitó la relación
El proceso de desintegración de Sumar se oficializó en la víspera del puente de la Constitución, cuando los cinco diputados de Podemos, ahora cuatro, comunicaron su salida al Grupo Mixto del Congreso. Esta ruptura era el clímax de meses de tensiones que comenzaron con la negociación de la coalición para las generales y se agravaron cuando Podemos quedó fuera de la reedición del nuevo Gobierno bicolor con el PSOE.
Garzón y su descontento con la vicepresidenta
Paralelamente, se alzaban voces críticas entre los socios de Díaz por lo que consideraban «formas antidemocráticas». Alberto Garzón, exministro de Consumo y coordinador federal de IU, que había sido uno de sus defensores, criticó la designación de las portavocías adjuntas de la Cámara Baja «sin diálogo» después de que su formación quedara excluida.
Una preocupación primordial
Por ello, la principal preocupación actual para Díaz es la desafección de IU, uno de los partidos más importantes de su plataforma. Aunque aceptaron una candidatura conjunta para las elecciones europeas, ha sido objeto de críticas internas. El equipo de Díaz intenta minimizar su alcance, enmarcándolo en el proceso interno de IU para elegir a su sucesor/a de Garzón.