El mercado laboral español cerró 2023 sumando 991.265 bajas de afiliación a la Seguridad Social por una causa clasificada como despido. Una cifra que supera en un 22% la anotada un año antes, y bate los registros de la serie histórica comparable, que se remonta a 2013. Pero este récord se ve acompañado por el de las bajas por no superar el periodo de prueba, que alcanzaron las 976.141. La suma de ambos, tipos de ceses, 1.97 millones, muestra la evolución de un mercado laboral marcado por la incertidumbre económica, pero también por la reforma laboral.
Los datos revelan una verdad incómoda, y es que la situación laboral en España dista mucho de ser estable y, aunque esto no tiene por qué ser necesariamente negativo, deja en claro las dificultades a la hora de mantener un empleo.
Casi el 82% de los ceses, 1,7 millones, corresponde a trabajadores con un contrato indefinido, a causa en buena medida del aumento de este tipo de contratos tras la reforma laboral. En concreto, el 92% de los despidos y el 72% de las bajas por no superar el periodo de prueba son de asalariados fijos. Los primeros han repuntado un 124% respecto a 2021, pero los segundos se han multiplicado un 837%.
Los motivos de los despidos
La inmensa mayoría de los despidos se han producido por causas disciplinarias, alcanzando un 53% del total. Lo problemático en este caso, es que este tipo de despido no conlleva indemnización de ningún tipo, pues se considera que el motivo es «justificado» por el incumplimiento de los requerimientos del contrato.
El 43%, por su parte, responde a motivos objetivos derivados de procesos organizativos, económicos o la necesidad de reestructurar la plantilla. En este caso, si que conlleva un pago de 20 días por año trabajado y debe ser motivado por necesidades imperiosas, por lo que no se deben a malas praxis del mercado, sino al impacto de la coyuntura económica.
Su cifra aumentó un 33 % en el último año, lo que implica que la situación geopolítica y nacional también hace mella en las previsiones de las empresas y en sus decisiones de ajuste, pese a la evolución positiva del mercado laboral en el último año.