Estoy verdaderamente horrorizado con las declaraciones que los españoles hemos tenido que escuchar del presidente del Gobierno. Si bien nunca había sido santo de mi devoción, aún podía tenerle cierto respeto. Más por su audacia política que por otra cosa, pues muestras había dado de sobra de una falta de moral. Aun así, esperaba que el ego, la base histórica o, aunque fuesen sus ambiciones europeas, pues muchos ya veíamos a Sánchez candidato a la Comisión Europea, frenasen la peor parte del mandatario.
Pero no, eso no ha bastado. El espectáculo dantesco de una falsa dimisión ha sido exactamente lo que los analistas creían que era. Una estrategia para poder decir que el “pueblo” le había pedido su regreso. Una excusa barata para legitimar su carta blanca e iniciar la estrategia final de acoso y derribo a la oposición. La ley de Medios es la Carga de los Mamelucos, el empuje salvaje para situar definitivamente al país bajo su control.
Nada hay más aterrador que las ideas que ha mostrado en su entrevista de esta noche del lunes en RTVE. Y es que patético que periodistas, personas supuestamente dedicadas a informar, “a pesar de todo”, como les gusta decir a los de elDiario.es, aplaudiesen sus declaraciones. Los medios, según su punto de vista, deben ser controlados y vigilados, pues son “máquinas del fango”.
Y algunos podrían decir que tiene razón, que existen muchos bulos y numerosas plataformas que únicamente viven de mentir. Y no se equivocarían. El amarillismo y los grupos de comunicación dedicados a mentir cada vez son más comunes. Empresas e individuos únicamente ligados a un ideal, el dinero, “AVIDA DOLLARS” al servicio de la mentira.
Pero lo que no se dan cuenta aquellos que apoyan a Sánchez en esto, por muy de izquierdas que sean, es que están luchando contra si mismos. Pues ahora Sánchez podrá censurar a los medios de derechas, y eso les gustará. Acabará con figuras como Negre e Inda, y eso también les gustará. Pero ¿Que pasará el día en el que en un país con los medios controlados tenga un problema?. Cuando el gobierno de turno sea el que sea, decida construir una carretera sobre las casas de los desfavorecidos y no haya nadie para hacer que la gente lo sepa. El día en que la élite política o empresarial- el que esté mas cerca de los que manden en el momento- tome la decisión de explotar a la población y ya, sin medios, nadie haga caso. De lo que mucha gente no se da cuenta es que están apoyando que se les extirpen la voz.
Por muchos malos periodistas que haya, siempre habrá buenos. Por muchos personajes vendidos al dinero, siempre habrá personas que de verdad crean en lo que hacen. No dejemos que nos confundan, la prensa, por muy mal que esté, siempre será necesaria. No dejemos que aquellos que quieren silenciar a la gente tengan la fuerza para hacerlo.
