“Naked atracction”, estrenado hace pocos días de la mano de HBO-ahora conocido como MAX- , ha sido una verdadera revelación. Sobre ese asunto, hay poca discusión. El programa ha generado un revuelo enorme y numerosas organizaciones han clamado por su cancelación inmediata. Decenas de personas desnudas, colocadas en un semicírculo, siendo seleccionadas por un soltero —o soltera— de oro en base a la belleza o armonía de sus genitales. Como concepto suena curioso.
Lo problemático, a mi modo de ver, no es que se muestren cuerpos desnudos en una plataforma privada. Páginas como Pornhub han erradicado hace mucho el escándalo que producía a la gente ver cuerpos desnudos y, para la mayoría, ver uno u otro físico es tan común como ir a comprar el pan. Para muchos, incluso más, que Pornhub lo tienes en tu casa y no te cobran.
Ahora bien, cabe pensar en qué lugar nos deja esto como sociedad. Y es que éste es un programa cuyo concepto es peor que la más brutal definición que alguien podría hacer de un mercado de esclavos. Las personas reducidas a mera mercancía sin rostro, pues se revela al final. Supongo que para no quedar excesivamente mal o, al menos, para que la fantasía del espectador no consista en mirar a la pared.
Un programa presentado por una ferviente feminista como Marta Flich que, entre bromas, pide a las jóvenes expuestas en vitrinas que “seduzcan” con sus pechos al maromo que tiene a su lado y al que hoy, aparentemente, le ha tocado el gordo. Un programa que, y en eso estamos de acuerdo con su propaganda, es progresista. Eso sí, en su peor acepción. Una parodia del progresismo.
Ésta es una muestra de una sociedad tan brutalmente sexualizada e individualista que convierte a las personas en cuerpos sin especial interés. Graciosos o interesantes de ver, no lo voy a negar, que no soy de piedra, pero desde luego muy lejos de ser humanos. Individuos convertidos en ganado y únicamente útiles en función de lo que tengan entre las piernas. Si cabe, la peor de las fantasías de las feministas de verdad: la mujer reducida exclusivamente a su función sexual, a la capacidad que tenga con su cuerpo de atraer a un hombre. Si esto es lo que busca ahora el feminismo, parece que el mundo del Cuento de la criada se quedaba corto al imaginar el futuro que nos espera.
Sinceramente, no puedo ser el único al que esta idea le resulta vergonzosa, tanto por el brutal desprecio a hacia las personas, como por la alegría que se muestra al hacerlo, como si fuese un juego divertido y pícaro. La normalización más salvaje de la cosificación más salvaje.
“Naked atracction” es el programa más misógino que se ha estrenado en la televisión en las últimas décadas y, por mucho que se venda como gracioso, divertido o hasta liberador —porque mostrarte desnudo, por algún motivo, lo sería—; lo cierto es que representa los peores estereotipos y dinámicas posibles. La mujer se convierte únicamente en un objeto sexual, sin voz y sin cara. Pocas cosas más deshumanizantes se me ocurren. Si el programa va en serio, sólo queda decir una cosa para dejarla clara: señora Flich y señores de HBO, son ustedes misóginos.
