Julio Anguita dijo una vez que: “Lo único que os pido es que midáis a los políticos por lo que hacen, por el ejemplo. Y aunque sea de la extrema derecha, si es un hombre decente y los otros son unos ladrones, votad al de la extrema derecha. Eso me lo manda mi mandamiento interior, mi inteligencia de hombre de izquierdas”. Yo, siendo liberal, me veo en la obligación de hacer analogía de esta enseñanza del “califa rojo” y, por ello, porque “me lo manda mi mandamiento interior”, votaré por la decencia representada por Izquierda Española. A continuación, los motivos.
El primero de ellos va intrínsecamente relacionado con la decencia referenciada. En Izquierda Española, te son honestos y coherentes con lo que “debería ser la izquierda”: la izquierda o es centralista o no será. Izquierda Española es el único partido que en materia fiscal te dice sin tapujos lo que va a hacer: eliminar los “privilegios fiscales” y, como no podría ser de otra manera, si se quiere ser coherente, realizar, vía fiscal, políticas redistributivas.
Frente a ellos, tendríamos, por un lado, al PSOE, quien es incoherente con una posición de izquierdas (centralismo), al permitir “privilegios fiscales”. Por el otro, está el PSOE azul (PP), un partido que va de liberal en campaña, pero que luego, como buenos socialdemócratas, incoherentes al permitir privilegios como el Cupo, con Cristóbal Montoro a la cabeza, quien dirigió el gobierno donde más se subieron los impuestos en la historia de la democracia. En síntesis, para elegir entre una izquierda incoherente (PSOE) o una izquierda de marca blanca incoherente (PP), es mejor elegir la versión original representada por Izquierda Española.
Entrando al segundo motivo debemos hablar de las convergencias entre el liberalismo y la izquierda o el progresismo. Estas convergencias se deben a que el liberalismo político, en origen, frente al absolutismo y el reaccionarismo, era claramente de corte progresista. Esto se debe a que la libertad no se circunscribe únicamente al ámbito económico, donde, por supuesto, un liberal tiene desavenencias con la izquierda. Existen también las libertades sociales, defendidas por todo progresista. Y es que el progresismo y el liberalismo son ideologías que beben de la Ilustración y que, además, son compatibles medianamente con la fórmula de la “Izquierda Liberal” o el “Liberalismo de Izquierdas”.
Liberalismo de Izquierdas
Ahondando sobre el liberalismo de izquierdas, esta corriente, al contrario que el marxismo, cuyo concepto de libertad supone una ruptura, no rechaza la libertad social liberal, fundada en la igualdad de derechos y deberes y en la democracia liberal, y supedita la libertad económica, existente en mayor o menor grado, a la misma. Estos postulados son los defendidos por Izquierda Española tal y como se puede ver en la entrevista que le realicé a Marc Luque cuando le pregunté por las banderas que debía recuperar la izquierda.
Cierto es que el liberalismo de izquierdas da mucho margen de discrecionalidad a la hora de abordar la libertad económica. Sin embargo, cierto es, también, que, como ya se ha dicho, liberalismo y progresismo beben de la misma fuente, la ilustrada, siendo uno de los chorros de esta fuente la Teoría de La Paz Perpetua de Kant, de la que luego brotará la, liberal, Teoría de la Paz Democracia. Esta teoría dice que “las democracias no le hacen las guerras a las democracias”, lo cual, trazando una analogía, podríamos concluir en el símil de “los ilustrados no le hacen la guerra a los ilustrados”.
Habrá por supuesto quien discrepe. No obstante, salvo que los jacobinos vuelvan a sacar la guillotina, viendo el nivel de la actual izquierda (y de los actuales “liberales”), que está haciendo buena la figura de Marx, a quien le hacen retorcerse en su tumba, es preferible, en tanto que “los ilustrados, no hacemos la guerra a los ilustrados”, quedarnos con la única opción política coherente, representada en estos momentos por Izquierda Española.
