En algunas situaciones, podemos estar ante la presencia de un bebé o de un niño que tenga dificultad respiratoria o riesgo de parada cardiorrespiratoria debido a un accidente, un atragantamiento o alguna patología. Por eso, es importante que sepamos cómo actuar específicamente en estos casos, ya que las maniobras a realizar no son las mismas que con los adultos.
Por suerte, la parada cardiorrespiratoria en niños es poco frecuente, pero es importante conocer en qué consiste la RCP por si nos encontramos en una situación en que la respiración o los latidos cardíacos de un niño han parado por varias causas. Si en poco tiempo no se restablecen las funciones vitales dentro de la normalidad y el flujo de sangre del niño se detiene, puede causar un daño cerebral o incluso la muerte.
Por tanto, primero, hay que saber identificar los síntomas que más se repiten en los niños: pérdida de conocimiento, parada respiratoria y/ o ausencia de signos de vida.
¿Y después qué?
- Verificar el nivel de consciencia del niño: preguntar cómo se encuentra o practicar leves sacudidas o palmadas, siempre cuando tengamos la certeza de que no padece ninguna posible lesión en cuello o cabeza
Si obtenemos respuesta: dejar al niño en posición lateral de seguridad, por si de repente empieza a vomitar, que no se trague su propio vómito
Si no obtenemos respuesta:
- Abrir las vías respiratorias: realizar la maniobra frente-mentón destinada a facilitar la entrada de aire por la boca. En caso de presencia de un cuerpo extraño visiblemente y fácilmente extraíble en la boca, se intentará retirarlo con la punta de los dedos, pero nunca deberemos realizar un barrido a ciegas de la cavidad bucal
- Técnica VOS: poner el oído cerca de la nariz y boca del niño y observar el tórax para comprobar si respira. Si respira, le colocamos en posición lateral de seguridad y llamaremos a urgencia. S i no respira, le realizaremos la reanimación cardiopulmonar
Cómo hacer la RCP en niños
- Abrir las vías aéreas.
- Tapar la nariz del niño.
- Inspirar profundamente.
- Colocar nuestros labios alrededor de la boca del niño (si es menor de un año podemos cubrir boca y nariz a la vez de manera que quede completamente sellada).
- Hacer 5 insuflaciones de rescate (soplos) uniformes hasta comprobar que el tórax del niño se eleva. Retirar la boca para tomar aire y observar que el tórax vuelve a bajar. Entre cada insuflación debemos mantener la posición de la cabeza y las manos, pero debemos retirar la boca para facilitar la respiración.
Después de hacer esto, si presenciamos signos de vida, debemos seguir con la ventilación boca a boca a un ritmo de 20 por minuto hasta la llegada de los servicios de asistencia comprobando en cada momento su estado de respiración y los latidos de su corazón. Si no presenciamos signos de vida, iniciaremos las compresiones torácicas:
- Colocar el talón de la mano en el esternón, justo por debajo de los pezones, nunca en el extremo del esternón. En los niños menores de 1 año colocaremos 2 dedos, y en niños mayores de 8 años podemos utilizar las 2 manos.
- Colocar la otra mano de manera que aguante la frente un poco inclinada hacia atrás.
- Aplicar presión hacia abajo en el pecho del niño comprimiéndolo entre 1/3 y 1/2 de su profundidad.
- Hacer 30 compresiones dejando que el pecho se eleve completamente. Deberemos hacer estas compresiones de forma rápida, fuerte y sin pausa.
- A continuación, hacer 2 insuflaciones más.
- Continuar la RCP (30 compresiones cardíacas, seguidas de 2 insuflaciones y repetir).
Como en el caso de los adultos, debemos continuar con la reanimación cardiopulmonar hasta que llegue la ayuda profesional, la víctima recupere la respiración efectiva o estemos exhaustos.
