En España, la situación es especialmente preocupante. Un estudio reciente con jóvenes universitarios en Cataluña reveló que el 30% de los participantes había experimentado algún episodio de autolesión en los últimos 12 meses, lo que equivale a uno de cada cuatro jóvenes. Este fenómeno no está directamente vinculado a la pandemia de COVID-19, ya que desde 2015 los profesionales de la salud en Cataluña habían comenzado a notar un aumento en los casos que llegaban a las salas de urgencias.
Los datos más alarmantes se encuentran entre adolescentes y jóvenes. Aproximadamente el 15% de este grupo se autolesiona de manera habitual sin intención suicida, lo que significa que uno de cada seis jóvenes se enfrenta a esta realidad. Sin embargo, estas cifras podrían ser incluso más elevadas debido a la falta de informes y sistemas de vigilancia adecuados para registrar este tipo de comportamiento.
Causas de la autolesión
Existen dos principales motivos que llevan a una persona a autolesionarse, según Juan Carlos Pascual, psiquiatra del Hospital de Sant Pau en Barcelona. El más común es el motivo intrapersonal, donde la autolesión sirve como una estrategia para manejar emociones negativas intensas. El segundo, menos frecuente, es el motivo interpersonal, en el que la conducta autolesiva se utiliza como un medio de comunicación, ya sea para pedir ayuda o expresar dolor tras un evento traumático, como una discusión.
En la mayoría de los casos, esta conducta es esporádica y puede desaparecer por sí sola. No obstante, los casos más preocupantes son aquellos en los que la autolesión se vuelve habitual, lo que puede acarrear consecuencias negativas a largo plazo, como el estigma social. A medida que las personas comienzan a notar estas consecuencias o reciben apoyo de su entorno, el alivio que la autolesión les proporciona disminuye.
Influencia de las redes sociales
Uno de los factores que más contribuye a la propagación de esta conducta entre los adolescentes es la influencia de las redes sociales y el boca a boca. Según Víctor Pérez, psiquiatra y presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental, el aumento de casos podría estar relacionado con la forma en que las redes sociales normalizan y difunden este tipo de comportamientos entre los jóvenes.
Recomendaciones para abordar el problema
La «The Lancet Commission», un comité internacional de expertos, ha propuesto 12 recomendaciones para abordar la autolesión a nivel global. Estas incluyen mejorar la integración de servicios de salud, garantizar que las personas que se autolesionan reciban el apoyo adecuado, y formar a los profesionales sanitarios en el manejo compasivo de estos casos.
Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón en Madrid, destaca la importancia de cambiar la percepción social sobre la autolesión. «Debemos dejar de ver esto como una conducta caprichosa que merece un castigo, y empezar a tratarla como una necesidad de acceso rápido y adecuado a servicios de salud«, señala.