Fotografía de: Maduralia
Las vacaciones de verano suponen un riesgo para cientos de miles de mayores en España. La falta de cercanía de los familiares que les suelen cuidar y las altas temperaturas convierten en un riesgo la soledad de este colectivo durante los meses de julio y agosto, especialmente durante las olas de calor. Según los datos analizados por la empresa española de tecnología SaveFamily en base a informes del INE, en España hay 2.226.356 de personas mayores de 60 años que se encuentran viviendo solas.
Estas estadísticas reflejan que es significativamente más común que haya mujeres viviendo solas en comparación con los hombres. En total, hay 1.546.806 mujeres de la tercera edad viviendo solas, lo que representa el 69,48% del total de personas en esta situación. En contraste, hay 679.551 hombres en esta franja de edad que viven completamente solos, lo que equivale al 30,52% del total.
El dato más alarmante para los expertos es que la franja de edad con mayor número de personas viviendo en soledad es la de mayores de 80 años, con un total de 774.622 individuos, una situación que representa un riesgo significativo. Esta preocupación se intensifica en el caso de las mujeres, ya que la franja de edad con más mujeres viviendo solas es precisamente la de mayores de 80 años, con un 38,56% de ellas en esta situación, 596.438 mujeres en total. Esta situación se debe en gran parte a la viudedad y a la mayor esperanza de vida de las mujeres en comparación con los hombres. En contraste, la franja de edad con más hombres viviendo solos es la de 60 a 69 años, con 293.798 hombres, que constituyen el 43,23% del total de hombres en esta situación.
En conclusión, el estudio elaborado confirma que se ha pasado de 2.131.400 personas mayores de 60 años viviendo solas en 2020 a 2.226.356 en 2024. Un crecimiento del 4,45% que en verano cobra mayor relevancia.
Ante tal situación, la llegada de las nuevas tecnologías se ha posicionado como una de las soluciones posibles para mantener controlada la salud de los mayores. Partiendo de que cada vez hay más personas de la tercera edad con conocimientos básicos para usar diferentes tecnologías, también es mayor la conectividad que se ha instaurado entre dispositivos.
“El verano es una de las épocas más activas en la adquisición de dispositivos para el monitoreo de personas mayores. Los familiares adquieren estos gadgets para garantizar su tranquilidad mientras disfrutan de las vacaciones”, explica Jorge Álvarez, CEO de SaveFamily, empresa española que desarrolla relojes inteligentes capaces de monitorizar el día a día tanto de niños como de mayores.
“En el último año la venta de relojes inteligentes para personas de la tercera edad se ha disparado un 30%. Esto se debe al aumento de la concienciación de los familiares por la seguridad de las personas dependientes” reconoce. Entre las claves, está la de tener GPS, control de la frecuencia cardiaca, la tensión arterial o el oxígeno en sangre. Incluso las caídas se pueden detectar, alertando a los encargados de la persona de ese incidente.
“Incorpora también un botón de SOS que emite una llamada de emergencia a los números que se hayan registrado, por lo que la interacción es instantánea”, reconoce el experto. El aumento de temperaturas, por ejemplo, multiplica el riesgo de quedar desorientado. También el hecho de no estar cerca geográficamente, que puede poner en cierta tensión a las personas de mayor edad.