Imagen: Quirón Salud
Un estudio de la Universidad Pontificia de Comillas advierte de que se han multiplicado por cuatro los trastornos de ansiedad entre los menores de 4 a 14 años desde la pandemia, así como los diagnósticos de trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), al aumentar del 2,5% en periodo anterior a la Covid al 7% actual. Esta es una de las conclusiones del ‘Informe España 2024’, recogido por EFE, y en el que se analizan los principales desafíos a los que se enfrenta la sociedad española, entre ellos la creciente inmigración o la infancia.
Respecto a la infancia, el estudio denuncia que sólo se dedique el 1,6% del PIB a políticas de protección social de este colectivo y de las familias, mientras que en los países de nuestro entorno es de un 2,5% de media. El estudio también pone de manifiesto que el principal riesgo para la infancia, en especial la que se desarrolla en instituciones o en residencias en lugar que con sus familias, es la salud mental, que se ha visto dañada tanto por la pandemia como por la agresividad a través de las pantallas.
El estudio también se centra en los menores inmigrantes
Otra de las cuestiones que analiza el informe es el de la inmigración, prestando especial atención a los menores. Así, destaca que dos de cada cinco menores declaran haber sufrido acoso en algún momento y que solo la mitad tienen un alto sentimiento de pertenencia a la escuela.
Pese a ello, el 81% de los niños aseguran sentirse felices en sus países de acogida. Yoan Molinero, uno de los autores del bloque relativo a la inmigración, que se focaliza en este colectivo, defiende que quedan muchos retos por afrontar en la política migratoria tanto en España como en la UE. Estos desafíos, según el investigador, tienen relación con una «política fragmentada que impide proteger los derechos humanos de estas personas y su correcta inserción en el mercado laboral», alega. Sobre este asunto, la investigadora y coautora del trabajo Raquel Verdasco agrega que «el pacto de protección y asilo no aborda las necesidades de la población refugiada».
El estudio alude también al problema de la despoblación de las ciudades intermedias españolas. En concreto, afirma que un tercio han perdido población en los últimos diez años. Para afrontar este problema, considera necesaria una «planificación urbana flexible» que tenga en cuenta la mejora de la calidad de vida de los vecinos y que ponga en valor las ventajas que tienen estas ciudades con respecto a las grandes urbes.