Éric Ciotti, líder de Los Republicanos (LR), ha confirmado su intención de llegar a un pacto con el Reagrupamiento Nacional de cara a las legislativas del próximo 7 de julio, desencadenando una crisis en la derecha francesa. El anuncio de Ciotti ha generado un profundo malestar dentro de su partido, con algunos barones pidiendo su dimisión.
Desde el partido de Ciotti, se ha criticado que el líder no consultó ni sometió sus intenciones a ningún órgano interno. Bruno Retailleau, jefe del grupo LR en el Senado, declaró: “Ciotti nos ha mentido”. Valérie Pécresse, presidenta conservadora de la región parisina, señaló que la postura del partido se mantiene en un “cordón sanitario” y afirmó que su formación “nunca pactará con los extremos”, reflejando el ambiente de indignación dentro de las filas conservadoras respecto a su líder.
Christian Estrosi, alcalde de Niza y uno de los políticos relevantes de LR, calificó el anuncio de Éric Ciotti como una “traición”. Diversos cargos del partido han solicitado una reunión interna, instando al expresidente Nicolas Sarkozy a pronunciarse sobre la fractura que atraviesa la derecha.
Fractura de la derecha francesa
Esta crisis política en la derecha francesa surge en un momento crucial, ya que las distintas formaciones tienen hasta el próximo domingo para finalizar las listas y coaliciones de cara a las legislativas anticipadas anunciadas por Macron. Bruno Le Maire, ministro de Economía, ha instado a los conservadores descontentos a unirse al “macronismo para enfrentar a los extremos”. Por el momento, la situación más probable para estas elecciones es que se consoliden las tres derechas francesas en tres grandes bloques en las urnas, bajo un sistema de doble vuelta.
Mientras tanto, en el espectro de la izquierda, cuatro formaciones han alcanzado un principio de acuerdo para formar un frente común, aunque consolidarlo parece ser un desafío considerable. Los portavoces de las distintas formaciones de izquierda reconocen la vital importancia de unirse en este momento para enfrentar a Le Pen y sus seguidores.