La reciente incautación en Málaga de 21,000 litros de óxido nitroso, conocido popularmente como «gas de la risa», ha vuelto a poner de relieve los riesgos asociados con esta sustancia que, a pesar de sus aplicaciones médicas legítimas, se ha convertido en una preocupante droga recreativa. El óxido nitroso, un gas incoloro y casi inodoro con un ligero sabor dulce, tiene una larga historia como fármaco anestésico y analgésico en la medicina, utilizándose en quirófanos y clínicas dentales para mitigar el dolor y mantener la anestesia durante procedimientos complejos y dolorosos.
Acceso y comercialización
La disponibilidad generalizada del óxido nitroso, incluso en productos de uso cotidiano como propulsor de nata para repostería, facilita su adquisición a través de canales comerciales legales. Esto ha contribuido a su popularidad como droga recreativa, ya que pequeñas botellas o cápsulas pueden comprarse fácilmente a bajo costo, generalmente por menos de un euro cada una. Particularmente popular entre los jóvenes de 16 a 24 años en países como Reino Unido, Bélgica y Holanda, el óxido nitroso se inhala para inducir rápidamente efectos de euforia, relajación y alteración sensorial. Al ser inhalado, el gas alcanza el cerebro en menos de un minuto, produciendo una sensación similar a la de una borrachera instantánea, debido a su acción como depresor del sistema nervioso central. Los efectos suelen durar entre 15 y 45 minutos, dependiendo de la cantidad inhalada y la concentración en el globo.
A pesar de su aparente inocuidad y accesibilidad, el uso no controlado de óxido nitroso conlleva serios riesgos para la salud. La inhalación directa desde globos o dispensadores no controla la cantidad exacta ingerida, puede provocar desde mareos y desmayos hasta daños neurológicos severos, asfixia, arritmias cardíacas e incluso la muerte. En el Reino Unido, se han reportado casos fatales vinculados al consumo de esta sustancia.
En España, el óxido nitroso inicialmente se popularizó en áreas de ocio nocturno frecuentadas por turistas europeos en regiones como Baleares, Costa del Sol y Costa Brava. Sin embargo, su uso se ha extendido a nivel nacional, lo que ha resultado en incidentes trágicos como la muerte de un joven sueco en Marbella durante una celebración de despedida de soltero en 2021.