En la provincia de Burgos. Las 16 monjas del monasterio de Belorado, conocidas por su dedicación a la repostería y su vida de clausura, anunciaron recientemente su decisión de romper con la Iglesia Católica. Sin embargo, esta ruptura aparente se ha visto matizada por una serie de aclaraciones y explicaciones proporcionadas a través de las redes sociales, específicamente en su cuenta de Instagram, bajo el nombre de «Te hago luz».
En el comunicado difundido por la Archidiócesis de Burgos, se sugiere que las tensiones surgieron a raíz de supuestos movimientos para adquirir un conjunto religioso, presuntamente impulsados por un obispo excomulgado, Pablo de Rojas Sánchez-Franco. Este vínculo con una figura eclesiástica en desgracia habría llevado a la excomunión de las 16 monjas, quienes, según el comunicado firmado por la madre abadesa, sor Isabel de la Trinidad, pasaron a la jurisdicción de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, liderada por Rojas.
Utilizan Instagram para desmentir estas afirmaciones
Sin embargo, las propias monjas han utilizado su presencia en Instagram para desmentir estas afirmaciones y ofrecer su versión de los acontecimientos. A través de mensajes y videos, han expresado su intención de permanecer dentro de la Iglesia Católica, mientras desmienten las acusaciones de intereses inmobiliarios detrás de su decisión.
Uno de los puntos más controvertidos de esta historia es la figura del sacerdote José Ceacero, aliado de Pablo de Rojas, quien ha respaldado públicamente la decisión de las monjas y ha cuestionado la dirección de la Iglesia Católica desde el Concilio Vaticano II. Según Ceacero, las posturas adoptadas por la Iglesia después de este concilio entran en conflicto con la tradición católica.
La aparición de imágenes que muestran a Ceacero y otros individuos participando en rituales religiosos dentro del monasterio ha generado aún más preguntas sobre la naturaleza exacta de esta división y su relación con la autoridad eclesiástica. La Archidiócesis de Burgos aún no ha confirmado si estas actividades constituyen un cisma según la normativa eclesiástica.
En medio de esta controversia, las monjas han pedido paciencia a aquellos preocupados por su situación y han prometido compartir más detalles sobre su experiencia. Su objetivo, afirman, es permanecer fieles a la verdad de Cristo y a la doctrina de la Iglesia Católica.