Las memorias de los exlíderes europeos suelen pasar desapercibidas, relegadas a bibliotecas o fundaciones, con escaso impacto mediático y pocas ventas. Sin embargo, el caso de Angela Merkel marca una excepción. Su autobiografía, presentada este martes en el Deutsches Theater de Berlín ante 900 espectadores, ha generado tal interés que las entradas, puestas a la venta el 10 de septiembre, se agotaron en apenas siete minutos. La demanda fue tan alta que la editorial decidió monetizar el evento, una medida poco común en este tipo de presentaciones.
En las sedes de los principales partidos políticos alemanes, el contenido del libro despierta ansiedad. En plena antesala electoral, cualquier revelación podría resultar explosiva. La CDU, ahora liderada por Friedrich Merz, antiguo rival interno de Merkel, teme ajustes de cuentas que podrían ser perjudiciales. Mientras, en el SPD temen un «efecto nostalgia» que reviva el recuerdo de una Alemania estable y mayoritaria bajo su liderazgo.
Un legado controvertido pero imborrable
Aunque su mandato dejó decisiones polémicas, como la apertura de fronteras a los refugiados en 2015 o su política hacia Rusia, Merkel sigue siendo vista por muchos alemanes como un símbolo de estabilidad. “La sociedad alemana no está tan polarizada como parece”, señala el sociólogo Steffen Mau, autor de un reciente éxito editorial, quien cree que el interés por las memorias refleja la añoranza por un liderazgo sereno. Incluso sus críticos, como el politólogo Wolfgang Schroeder, reconocen que la crisis del actual «gobierno semáforo» ha puesto en valor su capacidad para mantener el equilibrio.
Un proyecto editorial de escala global
Aunque su contenido sigue siendo en gran parte un misterio, el libro, titulado Libertad. Recuerdos 1954-2021, ya se perfila como un fenómeno global. En la Feria del Libro de Fráncfort, sus derechos se negociaron para más de 30 idiomas incluso antes de su publicación. La editorial Kiepenheuer & Witsch, conocida por su afinidad con autores progresistas, pagó un adelanto de 12 millones de euros, y la remuneración total podría alcanzar los 99 millones, consolidando este proyecto como uno de los más ambiciosos de la historia editorial alemana.
Kerstin Gleba, directora de la editorial, justifica esta apuesta señalando que las memorias ofrecen una ventana única al pensamiento y las acciones de una de las líderes más influyentes de nuestro tiempo. Para Gleba, el mensaje de Merkel, resumido en su frase “No hay libertad sin democracia”, tiene un valor incalculable en el contexto político actual.
Destellos de una vida en primera fila mundial
Los primeros extractos, publicados por el semanario Die Zeit, han revelado momentos clave de su carrera. En la cumbre de la OTAN de 2008, Merkel relata cómo Vladimir Putin percibió la posible adhesión de Ucrania y Georgia como una amenaza directa. Describe a Donald Trump como un empresario que veía el mundo como un tablero competitivo, y recuerda con afecto el consejo del Papa Francisco: «Doblar, doblar, doblar, pero asegúrese de no romperse».
Merkel también reflexiona sobre su primera victoria electoral, cuando Gerhard Schröder, derrotado, se negó a admitir su pérdida, un gesto que considera jamás habría dirigido a un hombre. A sus 70 años, hace una confesión final: ha deseado que Kamala Harris llegue a la presidencia de Estados Unidos.