Este domingo se cumple una semana de la llegada a España del líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, lo que ha llevado a una intensa confrontación política entre los principales partidos españoles, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español y también ha puesto el foco en el ámbito europeo, donde se espera que el conflicto escale en los próximos días.
Reconocimiento a Edmundo González como presidente legítimo
Uno de los principales puntos de tensión ha sido el reconocimiento de Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela. El Congreso español, bajo la iniciativa del PP, aprobó una moción en la que se reconoce a González como el presidente electo del país caribeño. Sin embargo, el gobierno de Pedro Sánchez no ha respaldado esta medida.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado a Sánchez de «desoír el mandato del Congreso» y de dar «un pésimo ejemplo a la comunidad internacional» por no apoyar públicamente a González. Feijóo ha lamentado que España no defienda activamente la democracia en Venezuela y ha expresado su preocupación por las relaciones históricas y culturales que España ha mantenido con las naciones hispanoamericanas, las cuales, según él, se ven amenazadas por los «intereses ideológicos, políticos o económicos» del gobierno socialista.
La postura del Gobierno
El gobierno de Pedro Sánchez se encuentra en una posición delicada frente a la situación en Venezuela. La tensión se intensificó cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, calificó abiertamente al régimen de Nicolás Maduro como una «dictadura», lo que provocó una rápida respuesta del gobierno venezolano. Caracas convocó al embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, en señal de protesta, calificando las declaraciones de Robles como «insolentes, injerencistas y groseras».
Sin embargo, no todos los miembros del gobierno español comparten la misma postura. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, intentó desescalar la crisis al evitar calificar al régimen venezolano como dictadura, argumentando que «no es un catedrático de Derecho Constitucional ni un politólogo» y, por lo tanto, no corresponde etiquetar al gobierno de Maduro. La portavoz adjunta del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha aprovechado esta división para atacar al gobierno de Sánchez. Ha instado al presidente a mostrar la misma valentía que Robles y a calificar públicamente al régimen de Maduro como una dictadura. Según Álvarez de Toledo, lo que Robles dijo en público es lo que todos en el gobierno piensan en privado, pero que solo ella ha tenido la «valentía» de expresar.
Unión Europea
El conflicto entre PP y PSOE no se limita al ámbito nacional. Esta semana se espera que el Parlamento Europeo en Estrasburgo aborde la situación política en Venezuela y la posición de Edmundo González. El PP busca que la institución europea reconozca también a González como presidente legítimo, lo que pondría más presión sobre el PSOE para definirse claramente en este asunto ante toda Europa.
Este movimiento podría forzar a los socialistas españoles a «retratarse» ante sus homólogos europeos, mientras la tensión entre las distintas posturas dentro del gobierno de Sánchez sigue creciendo. El debate en el Parlamento Europeo podría escalar aún más el conflicto entre España y Venezuela, así como la ya tensa situación política interna en España.