El líder supremo de Irán, el Ayatolá Ali Khamenei, ha ordenado un ataque directo contra Israel en represalia por el asesinato en Teherán del líder de Hamás, Ismail Haniye, según informaron tres funcionarios iraníes a The New York Times. La orden fue dada durante una reunión de emergencia del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, poco después de que se anunciara la muerte de Haniye. Israel, que no ha confirmado ni negado su implicación, tiene un historial de operaciones letales contra enemigos en el extranjero, incluyendo científicos nucleares y comandantes militares iraníes.
Durante casi diez meses de guerra en Gaza, Irán ha tratado de mantener un equilibrio, intensificando los ataques de sus aliados y fuerzas proxy contra Israel sin desencadenar una guerra total. En abril, Irán lanzó cientos de misiles y drones contra Israel en represalia por un ataque israelí en Damasco que mató a varios comandantes iraníes. Aunque este ataque fue en gran medida interceptado por las defensas israelíes, representa una escalada significativa en el conflicto de larga data entre ambos países.
Ahora, los comandantes militares iraníes están evaluando una respuesta que podría incluir un ataque coordinado de drones y misiles contra objetivos militares cerca de Tel Aviv y Haifa, evitando intencionalmente los objetivos civiles. También consideran ataques desde múltiples frentes donde Irán tiene aliados, como Yemen, Siria e Irak. El Ayatolá Jamenei ha instruido a los comandantes de la Guardia Revolucionaria y el ejército a preparar planes tanto de ataque como de defensa en caso de que el conflicto se expanda.
En su declaración pública sobre la muerte de Haniye, Jamenei enfatizó la obligación de Irán de vengar su sangre, calificando el asesinato como una provocación que merece un severo castigo. Altos funcionarios iraníes, incluido el nuevo presidente Masoud Pezeshkian y el Ministerio de Relaciones Exteriores, han afirmado abiertamente que Irán tiene derecho a defenderse y atacar a Israel por violar su soberanía.
El asesinato de Haniye, ocurrido en un día de alta seguridad durante la inauguración de Pezeshkian, ha sido visto como una humillación y una violación de las capacidades de seguridad iraníes. Esto ha generado una ola de indignación entre los partidarios del gobierno y altos funcionarios, quienes han exigido una limpieza interna para garantizar la seguridad de los líderes iraníes antes de buscar venganza.
Para muchos en Irán, la respuesta al asesinato no solo es una cuestión de justicia por Haniye, sino también de disuasión. Analistas sugieren que Irán necesita tomar represalias para evitar futuros ataques israelíes y mantener su credibilidad ante sus socios regionales. «Irán probablemente cree que no tiene otra opción más que responder para disuadir futuros ataques israelíes, defender su soberanía y preservar su credibilidad en los ojos de sus socios regionales», afirmó Ali Vaez, director del proyecto Irán en el International Crisis Group.