Hamás ha difundido un vídeo como prueba de vida de Liri Albag, una joven militar israelí de 19 años capturada durante el ataque a Nahal Oz el 7 de octubre de 2023, que marcó el inicio de la actual guerra en Gaza. En el vídeo, Albag denuncia que los rehenes no son una prioridad ni para el gobierno ni para el Ejército de Israel, y asegura que el mundo ha comenzado a olvidarlos. Su testimonio refleja el uso sistemático de estas grabaciones como herramienta de presión política y emocional por parte de Hamás.
De los 251 rehenes capturados durante el ataque, 34 han sido confirmados muertos, mientras que 96 permanecen en el enclave de Gaza, según cifras oficiales. Estas pruebas de vida, difundidas de forma esporádica, buscan aumentar la presión sobre el gobierno israelí y la comunidad internacional. El caso de Albag ha reavivado las críticas internas hacia el primer ministro Benjamín Netanyahu, a quien sectores de la ciudadanía acusan de no priorizar la liberación de los cautivos.
El conflicto ha generado una ola de tensiones en Israel, donde las familias de los secuestrados han intensificado sus demandas de acción. En este contexto, el gobierno israelí continúa celebrando reuniones de alto nivel para abordar la situación. Este domingo, Netanyahu se reunió con varios ministros en Jerusalén, mientras en Doha se retomaron las negociaciones sobre un posible alto el fuego en Gaza.
Las palabras de Albag en el vídeo son contundentes: “No somos una prioridad para nuestro gobierno o nuestro Ejército. Incluso el mundo ha comenzado a olvidarnos y no le importa nuestro sufrimiento”.
Hamás ha utilizado esta táctica de forma recurrente, publicando vídeos de los rehenes como una estrategia de guerra psicológica. Estas pruebas de vida no solo buscan desestabilizar emocionalmente a las familias, sino también influir en la opinión pública y en la postura del gobierno israelí respecto al conflicto. La publicación del vídeo de Albag ha reabierto el debate sobre las prioridades del Ejecutivo israelí en un conflicto que sigue siendo devastador para ambas partes.
La situación de los rehenes en Gaza sigue siendo un tema central en las negociaciones internacionales y en la política interna de Israel. Mientras tanto, la incertidumbre sobre su destino aumenta la presión sobre un gobierno que enfrenta críticas tanto dentro como fuera de sus fronteras.