Mahmoud Ahmadineyad, quien sirvió como presidente de Irán de 2005 a 2013, ha decidido reaparecer en la política iraní, postulándose como candidato a la presidencia, tras la muerte del anterior presidente, Ebrahim Raisi.
Su mandato estuvo fuertemente marcado por sus declaraciones incendiarias, las políticas internas divisivas y una postura desafiante frente a Occidente. Una serie de controversias que han dejado una huella duradera en la política iraní y en las relaciones internacionales.
Protestas del Movimiento Verde
Una de las mayores controversias del mandato de Ahmadineyad fue su reelección en 2009, la cual fueron cuestionadas por acusaciones de fraude electoral, lo que desencadenó protestas por todo Irán.
El Movimiento Verde, liderado por figuras de la oposición como Mir-Hossein Mousavi, se convirtió en un símbolo de la lucha contra la corrupción electoral y la represión del Gobierno, cuya respuesta a las protestas fue brutal, con arrestos masivos, violencia física y restricciones a la libertad de prensa, unos hechos que mancharon aún más la imagen de Ahmadineyad a nivel mundial.
Negacionismo del Holocausto
Ahmadineyad profirió varios comentarios que negaban el Holocausto, lo que provocó una condena generalizada por parte de Occidente. En varias ocasiones, puso en duda la magnitud del Holocausto y calificó el genocidio judío como un «mito». Su retórica antiisraelí, que incluía llamar a «borrar a Israel del mapa», contribuyó al aislamiento de Irán y la percepción como una amenaza en el Medio Oriente.
Programa nuclear
Durante su presidencia, Ahmadineyad, hizo avanzar de forma significativa el programa nuclear de Irán, algo que rápidamente llevó a un aumento de las tensiones con Occidente. La negativa de Ahmadineyad a detener el enriquecimiento de uranio, a pesar de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, resultó en sanciones económicas contra la nación persa. Las sanciones afectaron gravemente a la economía iraní, suponiendo un aumento de la inflación y el desempleo, provocando un consiguiente descontento generalizado entre la población.
Políticas económicas desastrosas
En el ámbito de la política interna, el expresidente iraní implementó políticas de tipo económico basadas en los subsidios a productos básicos y combustibles, un movimiento que, si bien inicialmente fue popular entre los sectores más pobres, terminó como un plan insostenible a largo plazo y contribuyó a aumentar masivamente la inflación.
Malas relaciones con el Líder Supremo
Mahmoud Ahmadineyad también tuvo roces con el Líder Supremo de Irán, el Ayatolá Jamenei. A pesar de que inicialmente contaba con el respaldo del Líder Supremo, las diferencias entre las políticas conservadoras del Ayatolá y el populismo de Ahmadineyad culminaron en varios enfrentamientos públicos, debilitando la posición política del segundo. Además, Ahmadineyad se enfrentó a otras figuras de corte conservador y reformista en Irán, quienes lo acusaron de autocrático y de buscar la desestabilización del país.