Este miércoles, Israel ha matado por error a cinco soldados de su propio ejército, según ha confirmado una portavoz militar del mismo Estado judío. Se trata de un tanque que confundió a estos cinco miembros de sus tropas con combatientes del grupo terrorista Hamás y les disparó hasta en dos ocasiones consecutivas.
Los hechos ocurrieron en los alrededores del campamento de refugiados de Jabalia, en el norte de la franja de Gaza, cuando un grupo de paracaidistas del ejército de Israel ocuparon un edificio. Los tanques que, en ese momento, se encontraban cerca del edificio, avistaron lo que parecía ser el cañón de un arma en una de las ventanas y, pensado que se trataba de miembros de Hamás, abrieron fuego contra ellos.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los soldados tenían entre 20 y 22 años y pertenecían al batallón 202. De este mismo incidente, además, resultaron heridos otros siete soldados, todos miembros del batallón 202 de la brigada de paracaidistas.
El brazo armado de Hamás, las Brigadas al Qasam, han asegurado por su parte que al menos una docena de soldados israelíes habían muerto en un incidente con fuego amigo en esta misma zona. No obstante, el Ejército no ha ofrecido detalles sobre el suceso de manera oficial.
Estados Unidos enviará 1.000 millones de dólares en armamento a Israel
Este incidente, que Israel ha achacado a “fuego amigo”, supone un nuevo episodio en la escalada de tensión entre Israel y Palestina. Se produce, también, horas después de que el presidente de Estados Unidos Joe Biden anunciara su intención de enviar 1.000 millones de dólares en armamento a Israel.
El anuncio, publicado en The Wall Street Journal este martes, señala que el paquete de ayudas destinará por una parte 700 millones de dólares en municiones para tanques, 500 millones de dólares en vehículos tácticos y 60 millones de dólares en proyectiles de mortero. Un anuncio que para nada tiene que ver con el que hizo apenas hace una semana sobre su voluntad de paralizar el envío de 3.500 bombas a Israel para evitar el riesgo de que se utilizaran en Rafah, al sur de la franja, donde se concentran la gran parte de los refugiados.