Valencia ha visto un impresionante despliegue de solidaridad tras el devastador paso de la DANA. Mareas de personas, cargadas con bolsas de alimentos y botellas de agua, han acudido al barrio de La Torre, el único de la ciudad que sufrió los estragos de la riada del pasado martes. A dos kilómetros y medio antes de llegar, ya se pueden ver grupos de personas en un constante flujo de ayuda.
Autobuses repletos y calles llenas de gente cargada con escobas y material de limpieza reflejan el apoyo incondicional de los valencianos. Los vecinos de la calle San Vicente han improvisado paradas para ofrecer agua y café a todos los voluntarios que se dirigen a La Torre. Al llegar a la entrada de la pedanía, la policía ha cortado el acceso, obligando a todos a continuar a pie.
Cristina y Ramón, que se conocieron cruzando la pasarela, simbolizan el espíritu de camaradería que impregna el ambiente. «No me llames de usted», se dicen mutuamente, en un gesto de cercanía y empatía. Desde Rafelbuñol, Julio e Iker han venido a ayudar, confirmando que su primo, residente en La Torre, está bien. «Venimos a ayudar en lo que haga falta», afirman.
Una vez cruzado el puente, los efectos de la DANA son evidentes: todo está destrozado y lleno de lodo. Jóvenes como el de Sedaví, de 23 años, han llegado con su novia y amigos para colaborar en las tareas de desescombro y limpieza. «Vivimos aquí al lado. Todo lo que podamos hacer es poco», dice. Julia y su novio, con apenas 20 años, también han venido desde l’Eliana para ayudar, aunque no conocen a nadie en el barrio.
Las redes sociales han sido clave en la organización de la ayuda. Grupos masivos se han coordinado a través de Telegram para desplazarse a los municipios afectados. Luna y Celia, residentes en el barrio de Patraix, se unieron a un centenar de personas en La Rambleta tras conocer la iniciativa online. «Entre 2.000 y 3.000 personas se habían reunido para distribuirse por los diferentes pueblos», explican.
Otro grupo de unas treinta personas, cargadas con palas, cubos y escobas, avanza entre escombros y fango, preguntando constantemente «¿Estás solo?» o «¿necesitas ayuda?» en los bajos de La Torre. Desde Valencia capital, Gracia, Marta, Sofía y Claudia, de 26 años, han decidido «solidarizarse con quien más lo necesita». «Una de mis vecinas está desaparecida. Desde el principio de la tragedia sabíamos que queríamos venir, pero las condiciones y los bulos nos lo pusieron difícil», confiesan.
Durante toda la noche, maquinaria y personal de limpieza contratados por el Ayuntamiento de Valencia han trabajado sin descanso en La Torre. El consistorio coordina voluntarios de limpieza para apoyar a los vecinos de las pedanías en sus casas. El punto de encuentro en La Torre es la Iglesia Nuestra Señora de Gracia, a la que se accede a pie y con el material necesario para apoyar.
En Forn de Alcedo, el personal de limpieza actúa desde primera hora y se está repartiendo comida. En Castellar, se están retirando enseres y brigadas de limpieza están actuando para devolver la normalidad a las calles.