El Partido Popular (PP) ha lanzado una nueva ofensiva en el Congreso de los Diputados centrada en el «despacho» de Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez. Este movimiento es parte de una estrategia más amplia del PP para mantener la presión sobre el Ejecutivo y abordar las acusaciones de corrupción que afectan al PSOE, al Gobierno y, en última instancia, a la familia del presidente. A finales de julio, el Grupo Parlamentario Popular registró una batería de preguntas dirigidas al ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Estas preguntas buscaban aclarar la situación en torno a Begoña Gómez, quien ha declarado en sede judicial que considera Moncloa como su lugar de trabajo.
El PP ha cuestionado a Bolaños sobre si es habitual que personas ajenas a los puestos oficiales del Ministerio de Presidencia trabajen en las instalaciones del Gobierno de España. Donde se busca entender si Begoña Gómez desempeña alguna función específica y, de ser así, qué tareas realiza y cómo se justifica su presencia en el entorno gubernamental. Además, el PP ha pedido detalles sobre si las actividades de Gómez están vinculadas a la cátedra de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid, y si estas actividades están financiadas por los Presupuestos Generales del Estado.
Esta acción es parte de la estrategia del PP para “marcar” al presidente Pedro Sánchez y presionar al Gobierno en el momento en que se acumulan las críticas y las investigaciones sobre posibles irregularidades. Aunque el PP ha solicitado la comparecencia de Sánchez en la comisión de investigación del «caso Koldo», aún no se ha definido una fecha específica para su testimonio. En contraste, el PP ha optado por no convocar a Begoña Gómez a la comisión, enfocándose en el presidente como el principal responsable político de la situación.