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En un escenario marcado por el recrudecimiento de conflictos internacionales, con enfrentamientos entre Rusia y Ucrania y la inestabilidad en Oriente Medio, el Gobierno de España trabaja en su primer plan nacional de protección civil centrado específicamente en el «riesgo bélico». Esta iniciativa, según fuentes del Ministerio del Interior, busca preparar al país para posibles impactos de conflictos armados en territorio español.
El plan se enmarca en la recién aprobada II Estrategia Nacional de Protección Civil, un programa de acción quinquenal aprobado el pasado 15 de octubre por el Consejo de Seguridad Nacional y que reemplaza al vigente entre 2019 y 2024. Por primera vez, se incluye el riesgo bélico entre las emergencias que deben ser atendidas mediante planes específicos de actuación, cuya formulación está actualmente en marcha.
Referencias europeas para un nuevo desafío
La iniciativa española sigue la senda de países como Suecia, Finlandia o Noruega, donde las autoridades ya han comenzado a distribuir guías entre la población con instrucciones detalladas sobre cómo actuar ante ataques directos o híbridos. Estos documentos incluyen recomendaciones como almacenar alimentos no perecederos, agua, medicinas y otros elementos esenciales para al menos una semana, además de consejos sobre primeros auxilios, manejo de la ansiedad o el cuidado de mascotas en situaciones de crisis.
En España, el objetivo es adaptar esas experiencias internacionales al contexto local. El plan, liderado por la Dirección Nacional de Protección Civil en colaboración con el Ministerio de Defensa, tomará como base guías previas diseñadas para emergencias comunes en el país, como incendios, inundaciones o erupciones volcánicas, mientras se ajusta a los nuevos riesgos de carácter bélico.
Preparación sin alarmismo
Aunque las autoridades españolas consideran que el «riesgo bélico» no es actualmente una prioridad de Estado debido a la posición geográfica del país, han decidido incluirlo en el catálogo oficial de emergencias de la Dirección Nacional de Protección Civil. Este listado ya contemplaba fenómenos como inundaciones, terremotos, incendios forestales o accidentes relacionados con sustancias químicas, biológicas, nucleares o radiactivas.
El nuevo plan no busca generar alarma, sino dotar a la ciudadanía de herramientas para enfrentar posibles crisis, siguiendo el ejemplo de los países nórdicos, donde la preparación se aborda como una medida preventiva frente a un panorama de creciente incertidumbre global.
Un desafío para la resiliencia ciudadana
El desarrollo del documento específico pretende fortalecer la capacidad de resistencia de la población, tal como han enfatizado las autoridades nórdicas en sus propias guías de defensa civil. “La situación de seguridad es seria y debemos estar preparados para afrontar diversas crisis, incluida la guerra”, indican desde estos países. Con este enfoque, España se suma al esfuerzo de otros Estados europeos por anticiparse a un mundo más inestable, adaptando sus estrategias de protección civil a una realidad que ya no se limita únicamente a desastres naturales o emergencias tradicionales.