Tensiones en la relación bilateral
La retirada de la embajadora en mayo no es un hecho aislado, ya que en noviembre pasado ocurrió algo similar, aunque la situación fue más breve. En esa ocasión, el descontento de Netanyahu se debió a las declaraciones del presidente Pedro Sánchez, quien manifestó «francas dudas» sobre el respeto de Israel al derecho internacional durante su ofensiva en Gaza. Estas palabras, pronunciadas durante una visita de Sánchez al paso de Rafah, entre Gaza y Egipto, marcaron un deterioro en las relaciones bilaterales, las cuales hoy atraviesan uno de sus peores momentos desde el reconocimiento de Israel por parte de España en 1986.
Críticas y respuesta española
Desde el inicio del conflicto, Netanyahu ha exigido apoyo incondicional, advirtiendo que cualquier crítica a su estrategia sería vista como un alineamiento con sus enemigos. Sin embargo, a medida que se conocieron los efectos de los bombardeos israelíes en Gaza, el Gobierno español endureció su postura. La ministra de Defensa, Margarita Robles, llegó a calificar la situación de «genocidio», mientras que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, evitó usar ese término. Aun así, las acciones españolas, como la participación en la causa abierta por genocidio en Gaza ante el Tribunal Internacional de Justicia, han molestado especialmente a Israel.
España, líder en la causa palestina en Europa
España ha emergido como un defensor destacado de la causa palestina dentro de la Unión Europea. El presidente Pedro Sánchez lideró un esfuerzo por convencer a otros países europeos de reconocer al Estado palestino. Aunque solo Irlanda, Noruega y Eslovenia se unieron a la iniciativa, la cifra de países que reconocen a Palestina ya alcanza las tres cuartas partes de los miembros de la ONU. Este papel ha elevado la popularidad de España en el mundo árabe, pero ha tensado aún más las relaciones con Israel. Amichai Chikli, ministro de la Diáspora israelí, acusó a Sánchez de prolongar el sufrimiento en Gaza al “dar alas a Hamás”.
Además, el gobierno español, junto con Irlanda, propuso la suspensión del acuerdo de asociación entre la UE e Israel debido a las violaciones de derechos humanos en Gaza. Sin embargo, esta petición se encuentra estancada, a la espera de una reunión entre los 27 estados miembros y el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz. Por otro lado, la propuesta de una conferencia internacional de paz basada en la coexistencia de dos Estados, impulsada por España, no ha logrado avanzar debido al desdén de Israel y la falta de apoyo en Washington.