La sombra del narcotráfico en la provincia de Cádiz se vuelve a manifestar con crudeza en Sanlúcar de Barrameda. Durante el día del pasado sábado, La Policía Nacional con más de cien agentes , en un intento de frenar un violento secuestro que tuvo como protagonista a un ciudadano marroquí. Este episodio, marcado por disparos, dejó a la víctima con cuatro heridas de bala en las piernas, una oreja casi mutilada y manos maltratadas. Un macabro recordatorio de la crónica negra del narcotráfico que permea la región.
Este ajuste de cuentas entre narcotraficantes ha elevado las alarmas en una comunidad aún tambaleándose por el reciente asesinato de dos guardias civiles en Barbate, embestidos por una narcolancha. A pesar del imponente despliegue policial, al cierre de esta edición, los responsables del secuestro aún no habían sido detenidos, subrayando la complejidad y la gravedad de la situación.
No obstante, este incidente se inserta en un patrón ya conocido en la crónica del narcotráfico en Cádiz. La Audiencia de Cádiz, en septiembre de 2017, fue escenario del juicio a la sanguinaria ‘Banda del Ojos’, liderada por Ismael ‘El Ojos’. Este grupo, compuesto por una decena de individuos, enfrentaba cargos que superaban los 60 años de prisión por su participación en secuestros, torturas, asesinatos y mutilaciones. Su motivación se centraba en la búsqueda de un cuantioso botín, alrededor de 400,000 euros, que supuestamente ‘El Pelón’, un residente de Chiclana, guardaba.
El episodio reciente en Sanlúcar trae a la memoria el asesinato de ‘El Pelón’ en 2014. Este antiguo butronero fue sometido a ocho horas de tortura antes de ser brutalmente degollado por la banda de ‘El Ojos’, que finalmente recibió condenas máximas de hasta 63 años de prisión.
En 2019, otra historia de horror sacudió la provincia, cuando una banda extranjera contratada para saldar una deuda de drogas arrojó a varios individuos desde una furgoneta en marcha tras horas de tortura. Este episodio, perpetrado por ciudadanos de origen francés y ascendencia africana, resultó en la detención y condena de los agresores.
La violencia ligada al narcotráfico también se manifestó en el caso de un hombre retenido y golpeado en Sanlúcar en 2017. Esta vez, liderada por un ciudadano saharaui, la banda buscaba dinero vinculado al tráfico de drogas. Tras un juicio exhaustivo, el cabecilla fue condenado a trece años de cárcel.
Estos eventos, junto con el hallazgo de un cuerpo calcinado en Chiclana en 2022 y los ajustes entre clanes en Jerez, ilustran la intrincada red de violencia que acompaña al mundo del narcotráfico en la provincia de Cádiz. Desde el Estrecho hasta Sanlúcar y desde Cádiz capital hasta la Sierra, la huella de la violencia derivada del narcotráfico abarca toda la región, instaurando un oscuro telón de fondo que exige atención y soluciones integrales.