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8 Ene 2025
8 Ene 2025
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El porno televisado y el conflicto del deseo

El éxito de los programas “al desnudo” es tan indubitable como las controversias que generan, este es el caso de “Naked Atraction” y otros formatos similares
Hombre y mujer sexo

Imagen: iStock

Para entender el triunfo de estos formatos televisados hay que realizar una revisión introspectiva de la sociedad. Es indudable que gran parte de la población consume pornografía, algo inimaginable fuera de plataformas como OnlyFans, PornHub, RedTube, etc. Sin embargo, paradójicamente y a pesar de su consumo, hay cierta condena en el uso o visualización explícita de este tipo de contenidos. Una situación que eleva el tono cuando pasa de lo privado a lo público, es decir, de lo micro a lo macro, de plataformas restringidas a la televisión. Quizá, lo más apropiado sería interpretar donde radica el éxito de estos formatos, independientemente de las críticas. Para ello, hay que hablar del deseo, del sexo y del placer como objetos de estudio que ensalzan la pornografía y que, de una manera u otra, queda subyugada bajo estos ámbitos.

En un intento por comprender la complejidad del deseo más allá del simple placer, los filósofos Kant, Sade y Bataille plantean preguntas fundamentales. ¿Cómo trascender el mero placer? ¿Cómo evitar que el deseo se desborde en energía libidinal? El problema va más allá de desacreditar la pornografía

La pornografía como sexo y fantasía

Al construir el concepto de pornografía en torno al placer y una semiótica de signos fetichizados, nos enfrentamos a un dilema crucial: la supremacía del placer plantea si las emisiones seminales son la única expresión del deseo. En el fondo, la persistencia del porno en hacer del sexo una instancia autónoma y casi insuperable lleva a la reducción de la sexualidad a una fantasía controlada por signos codificados en fetiches.

Según Baudrillard, deberíamos «redescubrir en el secreto de los cuerpos una energía libidinal desligada» que se oponga a la energía ligada de los cuerpos productivos. La verdadera revolución sexual, propone, debería enfocarse en «las lógicas rituales de desafío y seducción sobre las lógicas económicas del sexo y de la producción«. En otras palabras, la demanda sexual pura conduce a una obscenidad brutal y transparente que eventualmente resulta en indiferencia hacia el sexo.

La tesis de Baudrillard sostiene que la seducción permite encontrar un orden simbólico radicalmente desligado de la objetividad de los cuerpos desnudos. Lo que seduce no es la superproducción de signos o el hiperrealismo de la imagen, sino la reversibilidad del orden simbólico. El deseo no es simplemente un esfuerzo por apropiarse de lo real, sino una reivindicación del juego inconsciente de lo simbólico. El interés radica en la circulación del deseo, no en llenar una carencia ilusoria.

El deseo en la seducción pasa por tres estadios: sensualidad, conquista y ambigüedad. La sensualidad implica la contemplación del objeto de deseo, mientras que la conquista busca realizar la inclinación hacia él. Sin embargo, entre estos estadios, la ambigüedad mantiene el deseo indefinido y en constante ligadura. La seducción no se refiere a la posesión del objeto, sino a mantener el flujo de los signos que intervienen en el deseo.

El placer está atado a las sensaciones

Este análisis revela que este no se reduce al placer derivado de las sensaciones agradables, sino que es una facultad inherente a la voluntad de desear. Kant distingue claramente entre la receptividad y la sensibilidad, señalando que el deseo es una facultad que permite la afección, mientras que el placer está ligado a las sensaciones provocadas por las representaciones de los objetos. Esta distinción es crucial para entender que el deseo puede existir independientemente del objeto de placer.

En todo caso, se podría decir que el deseo es la voluntad del seductor de ligar a su objeto, una facultad que trasciende el placer y se inscribe en la capacidad de la afección. Esta perspectiva nos permite reconocer la heterogeneidad del deseo, emancipado de las cosas particulares que llaman la atención, y nos invita a explorar las innumerables formas en que se manifiesta en la experiencia humana.

Un formato al desnudo: Adán y Eva

En cuanto al formato, los episodios se desarrollan en un entorno paradisíaco y aislado, generalmente una isla desierta, donde los participantes no tienen acceso a ninguna comodidad moderna, ropa o tecnología. Esta ambientación está diseñada para eliminar las distracciones y facilitar una conexión más genuina entre los participantes.

Imagen. DailyMotion

La dinámica de participación comienza con el encuentro inicial, en el que cada episodio arranca con un hombre y una mujer que se encuentran por primera vez en la isla, ambos completamente desnudos. Este primer encuentro está pensado para eliminar las barreras superficiales y fomentar una conexión más auténtica. Durante su estancia, los participantes realizan diversas actividades y desafíos que los ayudan a conocerse mejor, promoviendo la interacción y la comunicación.

A lo largo del episodio, se introducen uno o más nuevos participantes, también desnudos, para crear un triángulo amoroso o incluso más complejas dinámicas. Esta introducción de nuevos participantes añade competencia y obliga a los originales a tomar decisiones sobre con quién desean continuar. Finalmente, al término del episodio, los participantes deben decidir con quién quieren seguir adelante, basándose en las conexiones y compatibilidad que han desarrollado durante su tiempo en la isla.

El programa tiene como objetivos la autenticidad y sinceridad, intentando que los participantes se muestren tal como son, sin las máscaras que a menudo usamos en la vida cotidiana. Además, busca que las conexiones se basen en la personalidad, la conversación y la química natural, más que en la apariencia física o el estatus social. Al situar a los participantes en un entorno tan fuera de lo común, «Adán y Eva» desafía las normas sociales y los convencionalismos, obligando tanto a los participantes como a la audiencia a replantearse sus preconceptos sobre el amor y la atracción.

Controversia por el contenido explícito

Sin embargo, el programa generó controversia y críticas debido a su formato explícito y la desnudez integral de los participantes. Mientras que algunos espectadores y críticos lo vieron como una forma innovadora y valiente de explorar las relaciones humanas, otros lo consideraron sensacionalista y explotador. A pesar de ello, «Adán y Eva» atrajo una considerable audiencia curiosa por el formato único y las dinámicas de interacción entre los participantes.

Se convirtió en un tema de conversación popular en España, destacando tanto por su formato inusual como por las historias personales de los participantes. El programa tocó aspectos profundos de la psicología humana y las relaciones interpersonales, haciendo reflexionar a la audiencia sobre la verdadera naturaleza de la atracción y la compatibilidad.

En definitiva, «Adán y Eva» no solo fue un programa de citas, sino también un experimento social que buscó desafiar y cuestionar las convenciones sobre el amor y la atracción en la sociedad moderna. A través de su formato provocador, el programa ofreció una perspectiva diferente sobre cómo nos relacionamos y conectamos con los demás cuando se eliminan las barreras superficiales.

La atracción y el desnudo llegan a las plataformas

«Naked Attraction» es un reality show de citas británico que se emitió por primera vez en el canal Channel 4 en 2016 y que, ahora, ha llegado a España. El programa se destaca por su enfoque controvertido y explícito, donde la desnudez juega un papel central en el proceso de selección de parejas. Cada episodio presenta a una persona soltera que busca una cita, conocida como el «selector», quien selecciona entre seis potenciales parejas, todos desnudos, que están ocultos en cabinas coloreadas.

La principal característica del programa es que los cuerpos de los participantes en las cabinas son revelados gradualmente, de abajo hacia arriba. Primero se muestra la parte inferior del cuerpo (piernas y genitales), luego el torso y, finalmente, la cara. A medida que se revelan las partes del cuerpo, el selector comenta sobre sus impresiones y elimina a un participante en cada ronda, basándose exclusivamente en la apariencia física. Cuando quedan solo dos participantes, el selector también se desnuda y tiene la oportunidad de hacer preguntas personales y tener una conversación más profunda con los dos finalistas antes de tomar su decisión final.

Imagen: Naked Attraction y Marta Flitcher

Atracción sexual y superficialidad

El selector elige a uno de los finalistas para una cita vestida, fuera del estudio. En el programa, se muestra un segmento de la cita para ver si la pareja conecta de manera más personal. Los episodios a menudo terminan con una actualización sobre cómo les fue a las parejas después de la cita inicial. «Naked Attraction» desafía las normas y tabúes sobre la desnudez y la atracción física, planteando preguntas sobre la superficialidad y la importancia de la apariencia en la atracción sexual y las relaciones.

El programa se centra en la atracción física como un componente clave en la elección de una pareja. Esto permite a los participantes y a la audiencia reflexionar sobre lo que consideran atractivo y por qué. El formato destaca por su inclusión de una amplia diversidad de cuerpos y orientaciones sexuales. Participan personas de diferentes tamaños, formas, géneros y sexualidades, promoviendo una mayor aceptación y apreciación de la diversidad corporal.

Críticas sobre el contenido y emisión del reality show

A pesar de las críticas, ha atraído a una audiencia considerable, intrigada por su formato único y provocador. El programa ha sido adaptado en varios países, reflejando su impacto cultural y su capacidad para captar la atención del público a nivel internacional.

Se podría decir que es un programa que mezcla el formato de citas con una exploración audaz de la atracción física y la desnudez. Al hacerlo, desafía convenciones sociales y ofrece una plataforma para discutir temas sobre el cuerpo y la sexualidad de manera abierta y, a menudo, controvertida.

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