Imagen: niño con una hamburguesa
La obesidad infantil se ha convertido en uno de los principales retos sanitarios en países desarrollados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Europa, uno de cada tres niños y uno de cada cuatro adolescentes padece esta condición, mientras que, en España, el consumo de productos ultraprocesados por parte de los menores supera el 50% de las calorías diarias recomendadas, según datos de la Fundación Española de la Nutrición.
Esta realidad expone a los niños a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en la vida adulta, como diabetes, problemas cardiovasculares y afecciones en el hígado o la microbiota, advierte Miriam Blanco, pediatra del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Desconocimiento y educación como primeras barreras
Fernando Zárate, pediatra en los hospitales Quirónsalud Sur (Alcorcón) y Quirónsalud Toledo, destaca que uno de los mayores desafíos es la falta de conciencia sobre el estado de salud de los menores. Según el informe Aladino 2023, el 89,1% de los padres con hijos con sobrepeso creen que su peso es normal, y lo mismo ocurre con el 48,8% de los padres de niños con obesidad. “La sorpresa viene cuando les informamos de la situación. Hay que trabajar mucho en cambiar esta percepción y educar desde las familias”, apunta Zárate.
El colegio como campo de batalla
Para combatir esta problemática, Zárate lidera un programa en colegios que busca educar a niños, padres y profesores sobre hábitos saludables. El proyecto incluye una fase de diagnóstico para evaluar costumbres alimenticias y otra para establecer pautas de nutrición y actividad física. “El colegio es el centro de la vida de los niños. Si conseguimos que aprendan buenos hábitos desde los tres años, los resultados serán más efectivos que si intentamos corregirlos a los 12, cuando ya están consolidados”, explica el pediatra.
El Gobierno también trabaja en un decreto para promover menús más saludables en los comedores escolares, donde come la mitad del alumnado de Primaria y en los que, según la OCU, casi el 50% de los menús son desequilibrados.
La influencia del entorno socioeconómico
La obesidad infantil está marcada por una brecha económica. Según el informe Aladino, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es más del doble en las familias de menor renta (23,6%) frente a las de rentas más altas (10,9%). “Es tremendamente injusto que el entorno socioeconómico determine las oportunidades alimentarias de los niños”, lamenta Zárate, quien también advierte de las dificultades que enfrentan muchas familias para seguir una dieta saludable. “No debemos culpabilizar, sino adaptarnos y ofrecer alternativas asequibles”, añade Miriam Blanco.