La primera Diada bajo la presidencia de Salvador Illa se ha desarrollado con una notable tranquilidad, marcando una diferencia respecto a las celebraciones de años anteriores. En contraste con los doce años previos de gobiernos catalanes independentistas, la jornada ha sido en general pacífica. La manifestación soberanista en Barcelona ha registrado una participación significativamente baja, con solo 60.000 asistentes según datos de la Guardia Urbana, casi la mitad de los asistentes de la edición anterior, que ya había sido la de menor afluencia en una década, exceptuando los años de pandemia.
Ofrenda floral: una tradición con menos protestas
Como es habitual, la mañana ha comenzado con la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova. Este año, el acto ha contado con menos abucheos hacia los representantes de partidos y entidades, aunque un grupo reducido de unas quince personas ha increpado a los miembros de ERC y a los partidos constitucionalistas, calificándolos de «traidores» por apoyar la investidura de Illa.
Entre los presentes se han encontrado miembros del Govern, partidos políticos y diversas entidades sociales y deportivas. La jornada también ha incluido el acto organizado por Òmnium Cultural junto al Arc de Triomf, donde su presidente, Xavier Antich, ha instado a la autocrítica y a la redefinición de estrategias dentro del movimiento independentista. Antich ha lamentado la división interna y ha llamado a evitar la «lucha fratricida» y los reproches.
Manifestaciones y discursos: un marcado contraste en la participación
Por la tarde, se han celebrado cinco manifestaciones organizadas por siete entidades soberanistas, incluyendo la ANC, Òmnium Cultural y el Consell de la República, en las cuatro capitales de provincia catalanas y en Tortosa. A pesar de la disminución en la participación, los asistentes a la manifestación principal en Barcelona han mantenido un ánimo vibrante, coreando lemas como «independencia» y «las calles serán siempre nuestras», y mostrando pancartas críticas hacia el nuevo escenario político encabezado por Illa.
La marcha en Barcelona, que ha recorrido desde la estación de França hasta el Arc de Triomf, ha transcurrido sin incidentes. En total, las cinco manifestaciones han reunido a 73.500 personas, según cifras de la Guardia Urbana y la policía local. La asistencia se ha distribuido entre las diferentes localidades: Girona con 6.500 participantes, Tarragona con 2.800, Lleida con 3.000 y Tortosa con 1.200.
Reflexiones del Govern y de los partidos independentistas
El evento institucional de la Diada finalizará esta noche con una ceremonia en las emblemáticas columnas de Puig y Cadafalch en Montjuïc a las 22 horas. El Govern, liderado por Salvador Illa, ha hecho un llamado a la construcción de una nueva etapa basada en el diálogo y la conciliación entre diferentes posturas políticas. La portavoz Sílvia Paneque, ha enfatizado la necesidad de acordar «nuevas metas de país» y ha destacado a Cataluña como un lugar de «esperanza, futuro y oportunidades».
En contraste, los partidos independentistas han mostrado una evidente fractura. Junts ha abogado por mantener la lucha por la independencia, criticando al PSC por su supuesta falta de liderazgo. La presidenta de Junts, Laura Borràs, ha criticado duramente el discurso de Illa, mientras que el secretario general, Jordi Turull, ha reafirmado la necesidad de unirse en la causa independentista.